El mundo pudo ver el jueves, aunque borrosa, la primera imagen del agujero negro supermasivo del centro de nuestra propia Vía Láctea.
Los astrónomos creen que casi todas las galaxias, incluida la nuestra, tienen estos gigantescos agujeros negros en su centro, donde la luz y la materia no pueden escapar, lo que hace extremadamente difícil obtener imágenes de ellos. La luz se dobla y se retuerce caóticamente por la gravedad al ser absorbida por el abismo junto con el gas y el polvo sobrecalentado.
La imagen coloreada desvelada el jueves procede del consorcio internacional que está detrás del Event Horizon Telescope, una colección de ocho radiotelescopios sincronizados en todo el mundo. Los esfuerzos anteriores habían descubierto que el agujero negro del centro de nuestra galaxia era demasiado inestable para obtener una buena imagen.
Feryal Ozel, de la Universidad de Arizona, llamó al agujero negro “el gigante amable del centro de nuestra galaxia” al anunciar la nueva imagen.
El agujero negro de la Vía Láctea se llama Sagitario A*, cerca de la frontera de las constelaciones de Sagitario y Escorpio. Es cuatro millones de veces más masivo que nuestro sol.
Esta no es la primera imagen de un agujero negro. El mismo grupo publicó la primera en 2019 y era de una galaxia a 53 millones de años luz. El agujero negro de la Vía Láctea está mucho más cerca, a unos 27.000 años luz. Un año luz son 9,5 billones de kilómetros.
El proyecto ha costado casi 60 millones de dólares, de los cuales 28 proceden de la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos.