Tres disparos de fusil recibió el viernes el helicóptero presidencial de Colombia antes de aterrizar en Cúcuta, la capital del departamento Norte de Santander, fronterizo con Venezuela.
Iván Duque, sus ministros de Defensa, Diego Molano, y de Interior, Daniel Palacios, así como el resto de ocupantes del Black Hawk, resultaron ilesos y la tripulación y la tripulación pudo aterrizar dada la pericia de los pilotos del Ejército colombiano, acostumbrados a ejercer su labor en un país con diferentes grupos armados.
"Es un atentado cobarde. Una vez más reiteramos que como Gobierno no vamos a desfallecer un solo minuto, un solo día, en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo", dijo el presidente poco después desde Cúcuta, flanqueado por sus dos ministros. "Aquí no nos amedrentan con actos de terrorismo, Colombia es fuerte para enfrentar estas amenazas".
Según el diario local La Opinión, el atentado sucedió en el momento en que sobrevolaban el Anillo Vial Occidental, y desde los cerros dispararon muchas veces. También en un vídeo particular, difundido por el periodista Cristian Santiago, se observa al aparato en el aire volando alto y se oyen ráfagas de fusil mientras los vecinos del barrio Camilo Daza de Cúcuta entran en sus casas por miedo a una bala perdida.
La revista Semana informó que los viajeros escucharon un ruido como si algo hubiese entrado en el motor, pero todos permanecieron tranquilos hasta tocar tierra.
Aunque no hubo víctimas, el atentando supone una llamada de atención a la seguridad presidencial y la capacidad de control que tienen las Fuerzas Militares. En la citada ciudad tienen fuerte presencia las guerrillas del EPL, ELN y el Frente 33 de las FARC-Ep, aunque todo apunta a que serían una de las dos últimas. Precisamente Duque había pasado la jornada en Sardinata, un pueblo de la conflictiva y cocalera región del Catatumbo, de Norte de Santander, para presentar los avances del plan de desarrollo para ofrecer alternativas a los cultivos de coca.
Diferentes líderes políticos se solidarizaron con el presidente y manifestaron su rechazo al acto terrorista. "Es un atentado contra la democracia", manifestó Claudia López, alcaldesa de Bogotá y una de las más ácidas críticas del gobierno.
Cabe recordar que la semana pasada, también en Cúcuta, hubo otro atentando con coche-bomba contra la Brigada 30 del Ejército, sita en dicha ciudad, que dejó 34 heridos, dos de ellos civiles y el resto militares. Las primeras hipótesis apuntaron a las guerrillas urbanas del ELN. Dada los fallos de seguridad, puesto que el terrorista entró tranquilamente a las instalaciones y activó el explosivo tres horas después, el Ministerio de Defensa retiró a los oficiales al mando.