Es común que los padres primerizos se pregunten cual es la posición apropiada para dormir a su bebé y que además no represente un peligro para la salud de su hijo. Los pediatras a nivel mundial coinciden en que la más adecuada es boca arriba. Y con la cabeza de lado, a la derecha o la izquierda.
“Dormir boca abajo duplica el riesgo de muerte súbita. La posición de lado tampoco es segura. La postura boca arriba es la ideal. Cuando esté despierto, es recomendable que pase un rato boca abajo, con vigilancia, para facilitar el desarrollo motor”, afirma la Asociación Española de Pediatría (AEP) en su blog En Familia.
Desde que en 1992 la Academia Americana de Pediatría (AAP) comenzó a recomendar esta posición para dormir durante la noche, la tasa anual del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) bajó en más del 50 %. El SMSL es la principal causa de fallecimientos de bebés durante el primer año de vida en Estados Unidos.
No se conoce la causa exacta, pero algunos estudios sugieren que cuando el niño se acuesta sobre su estómago inhala menos oxígeno y respira más dióxido de carbono, ya que el aire expulsado se acumula en la tela de la sábana alrededor de su boca y nariz.
“Esta recomendación de acostarlo sobre su espalda se aplica a todos los bebés durante el primer año de vida. Sin embargo, es de particular importancia durante los primeros seis meses, cuando la incidencia de SMSL es más alta”, advierten los pediatras americanos. También se aconseja de manera espacial en el caso de los niños que tienen reflujo gastroesofágico.
Hemos visto que los expertos recomiendan que estén boca arriba durante toda la noche. Pero también debemos vigilar que cambia el lado hacia el que gira la cabeza y variar la colocación a lo largo del día. Esto ayudará a evitar la plagiocefalia, el aplanamiento de una parte de la cabeza que se produce por estar apoyada predominantemente en un mismo lado.
Podemos acostarlo sobre su estómago mientras está despierto, aunque siempre vigilado. Esto permitirá que desarrolle el control sobre su cabeza y fortalezca los músculos de los hombros.
Los niños que pasan más tiempo boca abajo durante el día aprenden a gatear y caminar más rápidamente, ya que fortalecen más sus brazos, hombros y espalda durante los primeros meses de vida.
Estos son algunos consejos para proteger el sueño de tu hijo y brindarle el descanso que necesita:
1. No lo acuestes de lado
El problema de colocarlo sobre su costado es que se puede volver sobre el estómago con facilidad. Una vez que tenga el rostro frente al colchón, sus vías respiratorias podrían obstruirse con la sábana. Por eso no es la posición para dormir que recomiendan los médicos.
Si lo pones de lado durante el día, asegúrate de mantener su cara alejada de almohadas, peluches o mantas que puedan obstruir el flujo del aire.
2. Una superficie firme
La AAP recomienda usar una cuna, un moisés o un corral con un colchón firme para que el niño duerma. En la cuna no debe haber almohadas ni otros objetos, solo el bebé colocado en una cómoda posición para dormir.
Existen colchones especialmente diseñados para reducir los riesgos de muerte súbita, hechos con materiales que regulan la temperatura, dejan fluir el aire y evitan la plagiocefalia.
“También es importante evitar acostarlo sobre superficies blandas y porosas como almohadas, edredones, colchas, mantas, cojines e incluso peluches, ya que pueden bloquear sus vías respiratorias si hunde su cara en ellos”, aconseja la AAP.
3. Temperatura agradable
Para disfrutar de un descanso óptimo se requiere algo más que una posición para dormir adecuada. La habitación del bebé debe tener una temperatura agradable, entre 20 y 22º C. Variará en función de la época del año y de lo abrigado que esté.
En cualquier caso, evitemos situar la cuna cerca de las puertas, ventanas u otras fuentes de corrientes de aire.
Cubre el colchón con una sábana bajera ajustable. Si tapas al bebé, usa mejor un saco para dormir. Con las mantas y edredones podría taparse la cabeza involuntariamente y obstruir su respiración.
4. Mantenlo en su cuna
El niño debe acostumbrarse a dormir en su cuna, no en la cama de sus padres. Si lo quieres tener más cerca de ti, las cunas colecho son una buena solución. Si comienza a llorar sin consuelo puedes ponerlo junto a ti hasta que se tranquilice, pero vuélvelo a colocar en su colchoncito en cuanto se duerma.
La AEP recomienda que la cuna esté ubicada en la habitación de los padres, ya que esto puede reducir los riesgos del SMSL hasta en un 50 %. “No debe compartir cama con otros niños o adultos, ni dormir en sofás o sillones con personas mayores”, explican.
5. Dale chupeta
Algunos estudios sugieren que el chupete también disminuye las probabilidades de la muerte súbita, incluso cuando lo expulsan de la boca después de haberse dormido.
Si la madre está dándole el pecho o intentando hacerlo, los expertos recomiendan darle el chupete de dos a tres semanas después de iniciado el proceso de lactancia. La razón es que así se habrán habituado a un modo de succión correcto, que les permita alimentarse debidamente.
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