Estados Unidos ha superado este lunes, 22 de febrero, las 500.000 muertes por la covid-19, en medio de una carrera titánica de América por contener la enfermedad con un aceleramiento de los planes de vacunación en algunos países, pero con insuficientes dosis de momento para gran parte de la población en el continente.
Según el recuento independiente de la universidad Johns Hopkins, Estados Unidos suma 500.159 fallecimientos y 28,18 millones de casos positivos, el país más afectado por la pandemia.
Estados Unidos contabiliza además, más de 28 millones de casos por el coronavirus.
Los más de 500.000 muertos por la covid-19 en EE.UU. doblan los del segundo país más golpeado por la pandemia en el mundo, Brasil, que suma unos 247.000, y prácticamente triplican los 180.000 de México.
Pese a que Washington está administrando millones de vacunas a diario y que ha acaparado gran parte del suministro mundial, los modelos de predicción apuntan a que los fallecidos seguirán aumentando hasta llegar esta próxima primavera a 600.000.
El día en Washington empezó con banderas a media asta en la Casa Blanca y en el resto de edificios federales con la previsión de que se iban a superar esos 500.000 muertos.
El presidente, Joe Biden, pronunció un discurso a la nación y organizó un homenaje a las víctimas en claro contraste con su antecesor, Donald Trump, que coqueteó con el negacionismo y que ignoró el número de fallecidos a medida que se multiplicaban.
“Sé que cuando miran esa silla vacía en la mesa de la cocina, todo vuelve, no importa cuánto tiempo haya pasado, como si acabara de pasar en el momento en que miraron esa silla vacía. Los cumpleaños, los aniversarios, las vacaciones sin ellos”, afirmó Biden en un emotivo discurso.
“Y las cosas cotidianas -añadió-, las pequeñas cosas, son las que más extrañan. Ese olor cuando abren el armrio. Ese parque por el que solían pasear. Ese cine donde se conocieron. El café de la mañana que compartían juntos. Su sonrisa. El tono perfecto de su risa”.
Después de su discurso, el presidente, acompañado de la primera dama, Jill Biden, junto a la vicepresidenta, Kamala Harris y su marido, Doug Emhoff, guardaron un minuto de silencio en el pórtico sur de la Casa Blanca con la bandera que ondeará a media asta durante los próximos cinco días.