Un estudio reciente señala que el calentamiento global no sólo es causado por la actividad humana. De acuerdo con los resultados, nuestro satélite natural, la Luna puede ser otro factor que lo propicie, esto debido a las mareas que provoca en los océanos y que son causantes de la liberación de gas metano, uno de los que son considerados como gases de efecto invernadero.
Sobre este tema el Diario español el Confidencial presentó el siguiente artículo:
Desde hace varias décadas, el ser humano está muy preocupado por el calentamiento global. Numerosos estudios han confirmado a lo largo de los años que el aumento de las temperaturas de nuestro planeta son perjudiciales para las diferentes formas de vida de la Tierra, donde juegan un papel fundamental los gases de efecto invernadero, vinculados en numerosas ocasiones a la propia actividad humana. Pero ¿y si nosotros no fuéramos los únicos responsables del aumento de la temperatura de nuestro planeta?
El vapor de agua, el dióxido de carbono, el óxido nitroso, el metano o el ozono son algunos de los gases de efecto invernadero de nuestro planeta, que se encargan de absorber y emitir radiación dentro del rango infrarrojo, provocando el aumento de las temperaturas. De hecho, son fundamentales para que haya vida en la Tierra, pues, sin ellos, la temperatura media de la superficie terrestre sería de -18 °C en lugar de los 15 °C que tenemos en la actualidad, pero, en exceso, empiezan a ser perjudiciales y dañinos para nuestro planeta.
Sin embargo, un reciente estudio acaba de determinar que el ser humano podría no ser el único responsable de que la temperatura del planeta aumente de manera continua a lo largo de los años. Una investigación realizada por geólogos del Centro de Hidrato de Gas Ártico, Medio Ambiente y Clima (CAGE), y publicada en la revista 'Nature', sugiere que la Luna puede ser responsable directa de la liberación de gas metano en la superficie de nuestro planeta. ¿Cómo? Debido al movimiento de las mareas.
El equipo de investigación, dirigido por Jochen Knies y por Andreia Plaza Faverola, analizó la región occidental de Svalbard, situada en el océano Ártico, donde se encuentra una de las bolsas de metano más importantes de nuestro planeta. El objetivo era ver cuándo y por qué se liberaba metano y las conclusiones a las que llegaron fueron sorprendentes: cuando hay marea baja, existe menos presión en el fondo marino y, por tanto, se libera más metano; cuando hay marea alta, al haber más presión, existen menos emisiones de metano.
O, dicho de otra manera, las mareas, que son controladas por la Luna, afectan directamente a la cantidad de metano que se libera en los sedimentos del fondo marino. "Es la primera vez que se realiza esta observación en el océano Ártico. Significa que ligeros cambios de presión pueden liberar cantidades significativas de metano. Sin duda, es un cambio del que no teníamos constancia", explica Knies en un comunicado, en el que confirma la importancia de la Luna en la liberación de este gas de efecto invernadero.
"Lo que encontramos fue inesperado y las implicaciones son grandes. Este es un pequeño lugar de aguas profundas, en el que pequeños cambios en la presión pueden aumentar las emisiones de gas, aunque el metano va a permanecer en el océano debido a profundidad del agua. Eso sí, hay que analizar qué sucede en sitios menos profundos, pues es muy posible que el metano llegue a la atmósfera tras la acción de las mareas", explica Knies. Es decir, donde la profundidad marina no sea muy grande, existen grandes probabilidades de que el metano termine acabando la atmósfera.
De igual manera, este estudio deja sobre la mesa una pregunta que hasta la fecha los expertos no se habían ni tan siquiera planteado. ¿Es posible que el aumento del nivel del mar, que también se produce gracias a las mareas altas, sirva para contrarrestar parcialmente la amenaza del aumento de las emisiones de gases? Esta es una pregunta que deberá ser respondida en un próximo estudio que analice si el efecto invernadero generado de manera natural se termina contrarrestando por el propio aumento y descenso del nivel del mar. De momento, lo que está en nuestras manos es controlar las emisiones de gases de efecto invernadero que emitimos los seres humanos y, eso, solo depende de nosotros.
Fuente: Diario El Confidencial España