Seguro que todos hemos oído hablar alguna vez de este tipo de productos, con empresas como Herbalife o Proslim. Incluso pondríamos la mano en el fuego por que alguno de los lectores de este artículo habrá probado o conocido a alguien cercano que lo haya hecho, pudiendo incluso llegar a perder peso durante el tiempo que los estuvo tomando.
Con este artículo queremos evaluar nutricionalmente los batidos y planes nutricionales de esta empresa, sin entrar a valorar otros aspectos económicos de este tipo de entidades.
La dudosa formación de los vendedores
Se suelen presentar como 'expertos' o 'asesores' en nutrición o en estilos de vida saludable, o lo que es lo mismo: han hecho un curso de un fin de semana organizado por la empresa en el que les enseñan lo bueno que son los productos que van a vender. La mayoría de vendedores de estos productos comentarán su experiencia personal con estos batidos, con los que lograron perder X cantidad de kg pero, en términos de formación, cualquier comparación con un nutricionista que ha estudiado para prescribir planes nutricionales o dietas parece ridícula, ¿no creéis?
La nula individualización de los 'planes'
La mayoría de las personas que se lanzan a utilizar este tipo de batidos suelen tener el objetivo de perder grasa corporal. Para conseguir esta pérdida, es necesario tener en cuenta el gasto calórico de la persona (que depende de muchos factores: sexo, edad, composición corporal, peso, altura…) y a partir de ahí pautar un déficit calórico que asegure el correcto aporte de nutrientes y micronutrientes en nuestra dieta.
Si se recomiendan los mismos batidos para dos personas con gastos energéticos completamente diferentes, además de incurrir en un más que posible déficit de nutrientes (los requerimientos de las personas son completamente individuales), el déficit será mayor en las personas que más gasto tengan.
La inexistente educación nutricional
Una de los puntos fuertes que tiene empezar una planificación nutricional con un profesional de la nutrición es el aprendizaje que se va a obtener del mismo, ayudando a cambiar hábitos poco saludables que se tenían antes por otras opciones más beneficiosas, de cara a que ese cambio que pretendemos con la dieta se perpetúe en el tiempo. Si el único consejo nutricional que vamos a obtener de estos mal llamados 'expertos' de la alimentación es que sustituyamos un batido por una comida, no se trabaja sobre los hábitos de la persona y no se le da un servicio de calidad a la misma.
La nula adherencia
Entendiendo la adherencia como la sostenibilidad en el tiempo de un plan nutricional o dieta, el hecho de sustituir una comida por un batido genera más bien poca o ninguna. La adherencia a la dieta es un factor clave si queremos que esta triunfe, y para ello es necesario tener en cuenta los hábitos y gustos de la persona que la va a seguir, o lo que es lo mismo, personalizar dicha dieta. ¿Qué pasaría si un día un cliente de esta empresa se queda sin batidos? ¿Qué opciones tiene? ¿Y si quiere salir a la calle con sus amigos o familia a tomar algo? ¿No puede? ¿Se queda en casa? La labor del nutricionista es adaptar esta dieta y dar opciones, ser flexible con la persona y entender que la alimentación es algo social (comer no es solo calorías y nutrientes). La función del vendedor de batidos es vender el batido, sin más.
Las posibles consecuencias en nuestra salud
Estos últimos años se han reportado numerosos casos de lesiones hepáticas en clientes que consumían batidos de Herbalife en países como España, Estados Unidos, Israel o Suiza, entre otros. De estos casos reportados, algunos llegaron hasta a necesitar un trasplante de hígado.
Aunque habría que seguir realizando estudios para llegar a conclusiones sobre la relación entre estas y los batidos, algunos autores explican estas lesiones hepáticas con varias teorías:
- Contaminación con patógenos bacterianos (se han reportado casos de Bacillus subtilis en batidos)
- Contaminación con otros microorganismos o productos químicos
- Uso de productos no refinados, como extractos de hierbas
Si miramos la composición que tienen estos batidos, nos damos cuenta de que su segundo ingrediente es fructosa (azúcar libre), cuyo alto consumo está relacionado con obesidad, síndrome metabólico y otras enfermedades, entre las que se encuentran enfermedades hepáticas y dislipemias a largo plazo. Seguramente, los vendedores de estos productos se escuden en una pérdida de peso y una mejora en los valores de sus analíticas, que asocian al consumo de estos batidos. Yo me pregunto: ¿no sería más correcto pensar que esta mejora en las analíticas se ha debido a la pérdida de grasa corporal que por el propio batido?
El precio de los productos
Sustituyendo dos comidas diarias por batidos como suele recomendarse, el gasto total ascendería a 40 euros cada 10 días (un bote de 550 g = 21 tomas de 26 g = 10,5 días de batidos), lo que haría un total aproximadamente de 120 euros mensuales solo en batidos. ¿Alguien ha pensado en la de comidas completas, saciantes y saludables que se pueden adquirir por ese precio? Para que os hagáis una idea, con 80 euros (aproximadamente) podríamos comprar todo esto:
5 kg de tomate
48 huevos
3 kg de pollo
18 bricks de leche
4 kg de manzanas
4 kg de peras
1 kg de atún
¿No creéis que merece más la pena?
El efecto rebote
Nuestra recomendación como dietistas nutricionistas es que nos olvidemos de buscar productos o dietas milagro. Como hemos comentado anteriormente, objetivos como la pérdida de grasa corporal tienen que ir acompañados de una reeducación nutricional que busque cambiar hábitos poco saludables, para que cuando se deje de planificar la dieta por parte del profesional, sea la misma persona que la ha seguido la que sea capaz de discernir entre las opciones más saludables y las menos recomendables.
Si no se hace de esta manera (como ocurre con los batidos sustitutivos), el día que se dejen de tomar los mismos se volverá (o incluso se empeorará) al punto de partida en el que estábamos anteriormente, con la consiguiente frustración que eso conlleva después del esfuerzo realizado y el hambre sufrida. Escoge profesionales de calidad: nutricionistas que te asesoren de verdad, te pregunten por tus hábitos y tus gustos a la hora de planificarte una dieta, y se preocupen de tus sensaciones al seguirla, no por alguien que te quiere vender un producto a toda costa. La alimentación es salud, y cuando falla la salud, todos los demás aspectos de la vida pasan a ser menos importantes.