Mientras Dani Alves sigue detenido acusado de abuso sexual contra una joven de 23 años, su esposa, Joana Sanz buscó mandar un mensaje a través de sus redes sociales, tal vez de fortaleza ante la difícil coyuntura que atraviesa.
Se mostró bailando en un video, aunque en un momento hizo un gesto despectivo ante una parte del tema musical.
El domingo Sanz visitó al futbolista brasileño que está preso desde el 20 de enero. Luego de ese encuentro negó las versiones de un divorcio, al menos en el “peor momento de su vida”, como aseguró. Y este miércoles, luego de un viaje a París junto a una amiga, subió cuatro historias en su perfil de Instagram y en la última aparece bailando.
“Vamos pa’ arriba”, escribió con un emoji de un cohete levantando vuelo. Luego se escucha parte del tema “Mueve tu cuerpo, felicidad eterna”, de Danny Ocean. “Mueve tu cuerpo de felicidad eterna. Siente la electricidad subiendo por tus piernas. Dile al mundo que tu eres guerrero”, es la primera parte y en ese corte mostró su brazo izquierda como indicando su fortaleza.
“La vida es sangre, sudor y fuego. Mueve tu cuerpo de felicidad eterna y si tu quieres mándalo todo a la mierda. La vida es sangre, sudor y fuego”, continuó con el conocido gesto del dedo índice.
En tanto que Dani Alves volvió a cambiar su versión de los hechos sobre lo ocurrido el pasado 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona, en donde una joven aseguró que fue víctima de un agresión sexual por parte del futbolista brasileño.
El jugador de 39 años en un principio afirmó que jamás había visto a la chica del presunto abuso, más tarde modificó su versión y admitió que se había cruzado con ella, aunque no había sucedido nada, y finalmente la culpó de habérsele tirado encima y que todo se había tratado de una felación.
Ahora, ambas versiones encontraron un punto en común ya que desde el primer momento la denunciante de 23 años había confirmado que hubo una penetración, testimonio que fue comprobado por los testigos de esa noche que la escucharon decir “un famoso me ha penetrado”. Sin embargo, los testimonios de uno y otro difieren en que para él fue un acto consentido y para ella una violación.
Alves habría querido evitar admitir que tuvo contacto con la mujer para que no se difunda la infidelidad hacia Joana. Justo después de su visita, el brasileño dio otro giro en sus testimonios.
Esta nueva versión de los hechos forman parte de una estrategia del equipo de abogados del deportista, liderado por Cristobal Martell. Los profesionales apuntan a las cámaras de seguridad de la discoteca para defender la postura de su cliente ya que en ellas se vería a la víctima entrando al baño unos minutos después que el deportista.
Este miércoles sus patrocinantes pidieron que se levante la prisión preventiva para Alves y que pase en libertad el proceso judicial hasta tanto se resuelva su situación.