Elon Musk debería abandonar Twitter. Así lo ha considerado un 57,5% de las más de 17,5 millones de personas que han votado en una encuesta que el magnate lanzó este domingo en su cuenta después de las críticas por cambios en la política de la compañía, que ha bloqueado las cuentas de periodistas y críticos y prohibió de golpe la publicación de enlaces a TikTok, Instagram o Facebook.
Musk especificó que acataría los resultados surgidos de esa encuesta. De ser cierta su palabra, pues, dimitiría como director ejecutivo de la red social del pájaro azul.
"¿Debería dimitir como presidente de Twitter? Acataré los resultados de esta encuesta", publicó Musk junto con las opciones "sí" y "no". A esas horas, como él mismo compartió, el controvertido empresario se encontraba en Doha, presenciando desde las gradas la final del Mundial de Catar entre Argentina y Francia.
"Cuidado con lo que deseas"
Musk hace 10 horas que no comparte ningún mensaje en Twitter. Tras publicar la encuesta, el nuevo propietario de la plataforma lanzó una serie de mensajes advirtiendo a los usuarios de las posibles consecuencias de su voto. "Como dice el refrán, ten cuidado con lo que deseas, ya que lo puedes conseguir", indicó en un primer tuit. Una hora más tarde, Musk volvía a la carga con un mensaje críptico: "Los que quieren el poder son los que menos lo merecen".
¿Dimitirá Musk? Antes de publicar la encuesta, el magnate aseguró que "en el futuro, habrá una votación para los cambios de política importantes". Su cargo como máximo directivo de la plataforma estaría, sin duda, en esa categoría. "La compañía ha estado en la vía rápida hacia la bancarrota desde mayo (...) La pregunta no es encontrar un CEO (director ejecutivo), la pregunta es encontrar un CEO que pueda mantener vivo a Twitter", ha añadido, lamentando la situación económica de la empresa. En lo que va de año, el precio de las acciones de Twitter han caído un 50%.
A finales de octubre, Musk compró finalmente Twitter por 44.000 millones de dólares. El acuerdo se había cerrado en abril pero durante meses intentó no cumplir con su palabra. El mes pasado, el magnate aseguró bajo juramento durante su participación como testigo en un juicio a Tesla que no quiere ser "el jefe de ninguna compañía". "Espero reducir mi tiempo en Twitter y encontrar a otra persona que dirija Twitter con el tiempo", explicó a los abogados. Anteriormente, ya había apuntado a los accionistas de la compañía que solo sería director ejecutivo de la plataforma de forma temporal. Veremos.
