Caminar es la manera más simple de hacer ejercicio. No se necesita ningún material específico ni un equipamiento especializado: solo ganas y unas zapatillas cómodas.
Este es un deporte simple y para todos los gustos y edades, pero puede que, a la larga, termine aburriendo. Por eso hay otra forma para ponernos más a prueba: andar hacia atrás.
Así lo indica Jack McNamara, profesor de Fisiología Clínica del Ejercicio en la Universidad de East London, en Inglaterra, en un artículo de 'The Conversation'.
El profesor indica cinco beneficios de caminar para atrás, además de prestar más atención que andando normal, y por qué caminar hacia atrás es una buena forma de mejorar la salud física y otras capacidades:
Mejora la estabilidad y el equilibrio: andar hacia atrás puede ayudar a mejorar la marcha hacia adelante. Además, también ayuda con el equilibrio y la estabilidad, reduciendo las posibilidades de caerse. Este ejercicio se utiliza incluso con pacientes con afecciones neurológicas para tratar su equilibrio y la velocidad al caminar.
Mayor resistencia muscular: al caminar hacia atrás, los pasos son más cortos y frecuentes, por lo que los músculos de la parte inferior de las piernas se ejercitan más. También se reduce la carga sobre las articulaciones.
Alivio del dolor: al andar hacia atrás, la inclinación del cuerpo cambia, por lo que los movimientos de las articulaciones o los músculos también. Este ejercicio puede aliviar el dolor de la fascitis plantar o el dolor lumbar crónico, señala el profesor.
Mantener un peso saludable: caminar hacia adelante ya ayuda a mantener un peso sano, pero andar hacia atrás puede ser "aún más efectivo", según McNamara. Esto se produce porque, caminando hacia atrás, se gasta hasta un 40 % más de energía.
Prevención de lesiones: correr hacia atrás aumenta la fuerza de los músculos involucrados en que la rodilla esté recta. Mejorar esta articulación puede ayudar a prevenir lesiones y mejorar el rendimiento atlético.