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Se estima que alrededor de 1130 millones de personas en el mundo tienen hipertensión, un trastorno de la salud grave que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

A pesar de su incidencia, es una afección prevenible. Aquí te contamos cómo medir los niveles de presión arterial, y qué factores debes tener en cuenta para mantenerla bajo control.

  

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos o las arterias. Puede medirse en milímetros de mercurio (mmHg), teniendo en cuenta la actividad del corazón, que se expresa mediante dos cifras:

El valor más elevado ("primero" o "de arriba") corresponde a la presión sistólica, que refleja la cantidad de presión dentro de las arterias cuando el corazón se contrae.

El valor menor ("segundo" o "de abajo") indica la presión diastólica, que refleja la presión dentro de las arterias durante la fase de reposo entre latidos.

Se consideran niveles normales cuando la presión sistólica está por debajo de los 130 mmHg y la presión diastólica por debajo de los 80 mmHg.

Para establecer un diagnóstico de hipertensión, se deben tomar mediciones dos días distintos y en ambas lecturas el tensiómetro tiene que indicar que las medidas anteriores se superaron.

La hipertensión puede provocar severos daños cardíacos, como endurecimiento arterial y reducción del flujo de la sangre y el oxígeno al corazón. Esto, a su vez, puede causar:

  • Accidente cerebrovascular (ACV): ocurre cuando se obstruyen o rompen las arterias que llevan sangre y oxígeno al cerebro.
  • Dolor torácico.
  • Infarto de miocardio: ocurre cuando se obstruye el flujo de sangre que llega al corazón y las células del músculo cardíaco mueren por falta de oxígeno. 
  • Insuficiencia cardíaca: ocurre cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre y oxígeno a otros órganos.
  • Insuficiencia renal.
Cómo medir la presión arterial

Para lograr lecturas precisas cuando controles tu presión arterial en casa, debes tomar ciertos recaudos:

Siéntate cómodamente, erguido, con la espalda apoyada al respaldo de la silla, las piernas sin cruzar y los pies apoyados.

Mantén el antebrazo a la altura de tu corazón, si es necesario puedes apoyarlo en una almohada para nivelarlo.

Evita realizar ejercicio, beber cafeína o fumar durante los 30 minutos previos a tomar la presión arterial.

Para controlar los niveles de presión arterial puedes optar por distintos dispositivos. Por ejemplo, si tienes tensiómetros automáticos, deberás asegurarte de que el centro del brazalete se apoye directamente sobre el codo y luego encender el monitor (el brazalete se infla por sí solo). La presión arterial quedará registrada a medida que el brazalete se desinfla.

Otra opción son los tensiómetros semiautomáticos, cuya diferencia con el automático es que uno mismo debe inflar y desinflar el brazalete.

Finalmente, puedes usar tensiómetros manuales. En este caso debes colocar entre el brazo y el brazalete el disco del estetoscopio, usar los auriculares orientados hacia adelante y sostener el medidor en la palma abierta de la mano en la que tienes el brazalete, para poder verlo bien.

Comienza a bombear con la otra mano apretando la pera de goma conectada al tubo hasta que el tensiómetro indique que superaste por 30 puntos la presión sistólica habitual. Deja de apretar y gira la perilla de la bomba en sentido contrario a las agujas del reloj para que salga aire lentamente.

Observa el tensiómetro, el primer latido del corazón que escuches indicará la presión sistólica, cuando dejes de escuchar los latidos, indicará la presión diastólica.

Qué valor es más importante

La mayoría de las personas tiene hipertensión esencial o primaria, es decir, que no tiene una causa reconocible.

Aunque este tipo de hipertensión puede afectar ambos valores de medición, es más común, principalmente en adultos mayores, que altere la presión sistólica.

Esto se debe a que a medida que se envejece, las arterias tienden a volverse menos elásticas y capaces de adaptarse al tránsito sanguíneo.

La sangre que fluye por las arterias a alta presión puede dañar el revestimiento interno de los vasos sanguíneos, acelerando la acumulación de placa cargada de colesterol. Esto endurece y estrecha aún más las arterias, una afección conocida como aterosclerosis.

Debido a que el mismo volumen de sangre tiene que pasar por un área más pequeña, la presión sistólica tiende a aumentar, mientras que la presión diastólica permanece igual o cae gradualmente con el tiempo.

Esto llevó a que muchos pacientes e incluso médicos tiendan a prestar más atención a la presión sistólica. Sin embargo, ambos valores son muy importantes.

Aunque la mayoría de las investigaciones indican que existe un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular relacionada con la presión sistólica alta, también existe evidencia (estudios que involucraron a millones de personas) que muestra que la presión diastólica alta puede afectar la salud cardíaca, independientemente de la lectura sistólica.

Cómo prevenir la hipertensión

Existen factores de riesgo no modificables de la hipertensión, como los antecedentes familiares, edad (más de 60 años) o presencia de otras enfermedades, como diabetes.

Sin embargo, puedes controlar otros aspectos para prevenir su aparición o facilitar su control:

  • Reducir la ingesta de sal (a menos de 5 g diarios).
  • Consumir alimentos con propiedades vasodilatadores, especialmente frutas y vegetales, como: aceite de oliva, ajo, arándanos, bananas, manzanas, sandías o tomates, entre otros.
  • Hacer ejercicio regularmente.
  • Evitar o limitar el consumo de alcohol, tabaco y alimentos ricos en grasas saturadas.
  • Mantener períodos y horarios de sueño regulares.
  • Controlar el estrés.
  • Controlar frecuentemente le presión arterial.

Fuentes consultadas: Hola Doctor / Asociación Estadounidense del Corazón, Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Escuela de Medicina Harvard.

 

 

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