El lavado de frutas y verduras es muy importante a la hora de preparar las distintas comidas en los hogares, sin embargo, hay personas que no conocen cuál es la forma ideal de este lavado.
Situaciones como pelar el producto o no crean cuestionamientos de si se debe el producto pasar por ese proceso de lavado, esto para evitar las bacterias; por eso le traemos las 13 mejores formas de lavado en frutas y verduras.
1. Lavarse las manos antes y después
Este sencillo gesto, que debemos hacer a menudo como después de ir al baño o tras acariciar a las mascotas, es importante también antes de comer y de preparar alimentos. Las manos pueden tener gérmenes que se traspasan a las frutas y verduras que vayamos a manipular.
2. Lavar las frutas siempre, también antes de pelarlas
Es necesario lavarlas no solo las que se comen con piel, como la manzana o el albaricoque, sino también las naranjas, melocotones... De ese modo, se evita que la suciedad o los microbios entren en el fruto al pelarlo. Basta con ponerlas bajo el chorro del grifo, sin jabón ni lejía ni otros productos desinfectantes y justo antes de comerlas.
3. Retirar las partes dañadas
Si hay zonas golpeadas, con algún daño u orificio, retirarlas con un cuchillo después del lavado. En las lechugas, coles, etc., deben eliminarse las hojas exteriores. Si aparece moho, hay que tirar la pieza entera.
4. Secarlas
Una vez lavadas, pasarles un papel de cocina o un paño limpio.
5. Utilizar un cepillo
Las frutas y hortalizas de carne firme, como la sandía o el pepino, deben frotarse con un cepillo específico.
6. No volver a lavar las que ya lo están
No es necesario volver a lavar las frutas y verduras envasadas o cortadas en las que se indique expresamente que ya han sido lavadas o desinfectadas.
7. Hierbas aromáticas
No hay que olvidar el perejil, el cilantro, la albahaca... Es importante lavarlos igual que el resto de las frutas y verduras.
8. Ensaladas
Los alimentos que tomemos crudos en ensalada, como la lechuga o las espinacas, y que vayamos a consumir con piel, como el pepino o el calabacín, hay que lavarlos al chorro del agua. También, si hay dudas, podemos después sumergirlos durante 5 minutos en agua potable con una cucharadita pequeña (4,5 mililitros) de lejía por cada 3 litros de agua. Pasado ese tiempo, aclarar con agua potable abundantemente. Ojo, la lejía utilizada debe indicar en su etiquetado que es apta para desinfectar el agua de bebida. Después, secar con un centrifugador de cocina o sobre papel absorbente.
9. Cortar, trocear, picar
Para hacer una macedonia o presentar las frutas en la mesa, hay que cortarlas en una tabla diferente de la que se utiliza para la carne o el pollo. No usar el mismo cuchillo para las frutas o las ensaladas que para otros alimentos.
10. Guardar las sobras
Las ensaladas envejecen mal y no congelan bien. Si llevan añadido huevo, pollo, jamón, atún o pasta, conviene consumirlas antes de que pasen 3 días en la nevera.
11. En conserva
En las verduras y frutas envasadas en latas o tarros de cristal, como el melocotón o la piña, es importante limpiar la tapa del recipiente, comprobar que está bien cerrado y no dañado, su fecha de caducidad (el momento hasta el cual el alimento puede consumirse de forma segura) o la fecha de consumo preferente (el momento hasta el cual conserva su calidad y propiedades organolépticas).
12. Ojo al viajar
Si se viaja a países de dudosa higiene, es fundamental abstenerse de consumir todo tipo de verduras crudas y las frutas sin pelar.
13. Refrigerar en condiciones
Hay que refrigerar cuanto antes las frutas y verduras cortadas, peladas o precocinadas y siempre separadas del resto de alimentos tanto cocinados o crudos. Además, debemos guardarlas en la nevera en las zonas menos frías.
Fuente: Mundo Deportivo
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