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Suplementos en la tercera edad: cuándo, cómo y para qué sirven

Con el pasar de los años los requerimientos nutricionales cambian, el cuerpo humano deja de producir ciertas sustancias y los nutrientes que absorbe de los alimentos no llegan a cubrir las cantidades necesarias para el correcto funcionamiento del organismo. 

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 2020 y el 2030, el porcentaje de habitantes del planeta mayores de 60 años aumentará un 34%, lo que significa mayor atención a la salud de los adultos mayores para garantizar una óptima calidad de vida.

  

La suplementación en la tercera edad es necesaria para evitar enfermedades por deficiencias de vitaminas, garantizar el correcto funcionamiento de los órganos internos, así como el bienestar integral del adulto mayor.

“Todos hemos escuchado en algún momento sobre los beneficios de la suplementación, algunos expertos señalan, por ejemplo, que es importante tomar calcio y colágeno a partir de los 30 años, ingerir potasio para la memoria o el consumo de omega 3 para el corazón. Si bien, estos consejos no están lejos de la realidad, siempre es importante contar con la supervisión de un especialista y tener clara la razón por la que se va a ingerir un suplemento, de tal forma que tenga un aporte real para la salud. En la tercera edad es más importante suplementar los requerimientos del cuerpo para evitar o controlar enfermedades degenerativas como la osteoporosis, cataratas, padecimientos musculares y afectaciones en el sistema nervioso”, explica la Dra. Stefanía Arias de Farmacias Económicas.

Suplementos necesarios para los adultos mayores:

Vitamina D: La falta de movilidad que presentan los adultos mayores puede ocasionar un déficit de esta vitamina que en mayor cantidad se obtiene de la radiación solar. La vitamina D ayuda a que el calcio se adhiera de mejor manera a los huesos, fortaleciendo el sistema óseo y previniendo enfermedades como la osteoporosis. La vitamina D se encuentra en diversos alimentos, pero también puede ingerirse en multivitamínicos previa prescripción médica.

● Calcio: La principal función del calcio es fortalecer el sistema óseo, la ingesta de éste se debe priorizar en alimentos como lácteos y verduras. Se recomienda que los hombres ingieran 1.200 mg de calcio diarios, mientras que las mujeres en periodo menopáusico necesitan 1.600 mg. Es importante destacar que la suplementación de calcio no será efectiva si no existe una correcta alimentación porque los requerimientos del cuerpo son altos.

Vitamina B12: Esta vitamina ayuda a la formación de glóbulos rojos en la sangre, interviniendo en el sistema nervioso y reduce el riesgo de sufrir enfermedades como la demencia. A partir de los 50 años al cuerpo le resulta más complicado absorber esta vitamina, por lo que se recomienda su suplementación acompañada de una alimentación rica en carnes blancas y rojas. La cantidad necesaria a partir de esta edad son 2,4 mg al día.

Omega 3: En la vejez se suele presentar un engrosamiento de las arterias, lo que puede ocasionar padecimientos cardíacos o cerebrales. Un consumo óptimo de Omega 3 favorece el flujo sanguíneo, previniendo la inflamación del cuerpo y frena la pérdida de las células cerebrales asociada al envejecimiento. La cantidad de Omega 3 para la suplementación es de 1g a 2g, dependiendo del criterio del médico y la alimentación diaria.

Magnesio: Este mineral ayuda a controlar la tensión arterial, funcionamiento de los músculos, niveles de azúcar en la sangre y problemas del sistema cardiaco presentes en la tercera edad. A pesar de presentarse en alimentos como las espinacas, el brócoli, o los aguacates, los requerimientos del cuerpo son mayores y necesitan suplementarse. La cantidad requerida varía entre los 300 mg a 450 mg, la misma debe combinarse con alimentos orgánicos para una correcta absorción.

Proteína: Las condiciones propias del envejecimiento ocasionan problemas de masticación y de disfagia, lo que dificulta el consumo de alimentos ricos en proteínas. Éstas, ayudan en la construcción y fortalecimiento de la masa muscular, aportando en la fuerza, agilidad, e incluso en el funcionamiento del sistema inmunitario. Es por ello que, a las personas mayores que no consumen proteína a través de carne, pescado, huevos o lácteos, se les recomienda la toma de suplementos de proteína.

Principales alertas que indican la necesidad de un suplemento:

De acuerdo con la Dra. Stefanía Arias de Farmacias Económicas, al llegar a la tercera edad siempre es importante mantenerse alerta de cualquier síntoma que se presente, pues además de tratarse de un déficit de alguna vitamina o nutriente puede convertirse en una enfermedad crónica o degenerativa. Por este motivo, se recomienda prestar atención a los siguientes síntomas:

● Espasmos, entumecimientos y el escozor se pueden vincular a la falta de vitamina D y calcio.

● Debilitamiento muscular, falta de reacción de las extremidades y episodios de convulsiones se relacionan en su mayoría con un déficit de magnesio.

● Dolor articular, fatiga, visión borrosa y piel seca suelen ser síntomas de la falta de omega 3.

● Dificultad para respirar, pérdida de equilibrio y problemas de memoria se puede vincular con la falta de vitamina B12.

Cabe destacar que, además de estos síntomas, es importante prestar atención a otros que pueden ser inusuales en el adulto mayor y acudir al médico para identificar las causas y el tratamiento adecuado, dependiendo el tipo de requerimiento. “El organismo de cada persona reacciona de maneras distintas, por ese motivo es necesario recurrir a revisiones periódicas con los especialistas para reconocer cuáles son los suplementos que se necesitan. Un aspecto importante es prestar mucha atención a la forma de ser del adulto y a sus cambios de comportamiento, ya que esto también puede ser una señal de deficiencias o enfermedades graves”, alerta la Dra. Arias de Farmacias Económicas.

Fuente: Diario Metro 

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