La idea de morder una hamburguesa hecha de grillo molido o mezclar larvas con arroz puede tardar un poco en digerirse.
Pero incluso si la mera idea de comer insectos le revuelve el estómago ahora, pueden, y algunos investigadores dicen que deberían, formar una parte importante de nuestra dieta.
Si bien Occidente puede ser excepcionalmente aprensivo con los insectos, se han consumido durante miles de años. En muchas partes del mundo es una práctica común.
Aproximadamente 2.000 especies de insectos se consumen en países de Asia, América del Sur y África. En Tailandia, las bandejas de saltamontes fritos se venden en los mercados, y en Japón, las larvas de avispa, alimento vivo, son un manjar.
Aún así, en Europa, solo el 10% de las personas estarían dispuestas a reemplazar la carne por insectos, según una encuesta de la Organización Europea de Consumidores.