Diecisiete días después de la invasión rusa en Ucrania el conflicto se recrudece en torno a la capital, Kiev. El ejército ruso se ha acercado este sábado a la ciudad desde el noroeste después de haber bombardeado durante la noche del viernes varios puntos de oeste del país.
Ucrania ha alertado de que los ataques aéreos están poniendo en peligro los intentos de evacuación y la llegada de ayuda humanitaria.
Las ciudades ucranianas han amanecido este sábado con el ruido de las sirenas antiaéreas cuando se cumplen ya tres semanas desde que se iniciara el conflicto en el país europeo. Las imágenes de satélite han mostrado al ejército ruso lanzando artillería en ciudades del oeste del país mientras avanzaban hacia la capital, Kiev.
Aunque la capital ucraniana ha estado cercada por las tropas rusas estas semanas, los soldados de Volodimir Zelenski han aguantado mejor de lo esperado y han logrado mantener a raya al ejército ruso. A pesar de ello, el presidente ruso, Vladímir Putin, continúa con el foco puesto en la capital, y este sábado sus tropas se encuentran a 25 kilómetros de de Kiev, según la inteligencia británica.
Los ataques con cohetes rusos han destruido una base aérea en esta zona y han alcanzado un depósito de municiones cerca de la ciudad de Vasylkiv en la región de Kiev, según ha comunicado la alcaldesa de Vasylkiv, Natalia Balasynovych.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido ya emitió un comunicado esta semana en el que aseguraba que su inteligencia cree que las tropas de Putin "probablemente estén reagrupándose para reanudar su ofensiva en los próximos días, lo cual incluiría operaciones contra Kiev".
Además, este viernes el ejército ruso ha puesto su atención en el oeste del país, y ha bombardeado las ciudades de Lutsk e Ivano-Frankivsk.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania también ha denunciado un ataque ruso sobre una mezquita en Mariúpol, donde se habían refugiado más de 80 personas, aunque por el momento no ha informado de muertos o heridos.
Por su parte, Moscú sigue negando haber atacado a civiles en lo que llama una operación especial para desmilitarizar Ucrania y derrocar a los líderes a los que llama neonazis.
Putin lanzó la invasión el 24 de febrero en una operación que ha sido casi universalmente condenada en todo el mundo y que ha provocado duras sanciones occidentales contra Rusia.
El bombardeo ha atrapado a miles de personas en ciudades sitiadas y ha enviado a 2,5 millones de ucranianos a huir a los países vecinos.
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Expasión al oeste y centrales nucleares
El Ejército ruso expandió sus ataques al oeste de Ucrania este viernes, acercándose a la fronteras de Polonia y Rumanía, dos países de la Unión Europea y miembros de la OTAN. Con esta expansión de los frentes de batalla, las tropas de Vladímir Putin también se aproximan a dos centrales nucleares: Rivne y Khmelnitsky.
En el decimosexto día de invasión se registraron bombardeos en las ciudades de Lutsk, que está a unos 90 kilómetros de Polonia, e Ivano-Frankivsk, situada a 150 kilómetros de Rumanía.
Ucrania tiene cuatro centrales nucleares activas. La de Zaporiyia, la más grande de Europa, ya está en manos rusas. A Putin le faltan así las otras tres: Rivne, Khmelnitsky y Sur de Ucrania, esta última cerca del mar Negro.
Con los bombardeos del viernes, las centrales nucleares de Rivne y Khmelnitsky se postulan como el posible próximo objetivo de Putin en su intento de controlar todas las centrales del país. Rivne está a tan solo 100 kilómetros de Lutsk. Khmelnitsky a unos 250 kilómetros.
Hasta este viernes, el oeste de Ucrania era la zona más tranquila del país. La gran mayoría de refugiados se desplazan a Leópolis, la urbe más importante de esta zona, para después acceder a Polonia, que ya ha recibido más de un millón y medio de civiles provenientes de Ucrania.
El ataque a Lutsk fue denunciado en primer lugar por el alcalde de la localidad, Igor Polischuk. "Explosiones cerca del aeródromo. ¡Todos al refugio!", informó Polischuk a través de Facebook. "Cuatro misiles fueron disparados en el aeródromo militar en Lutsk, desafortunadamente hay pérdidas humanas", informaron las autoridades ucranianas momentos después. Al menos dos militares murieron tras los primeros bombardeos y seis resultaron heridos.
Lutsk e Ivano-Frankivsk no han sido las únicas ciudades que han sido atacadas por primera vez desde que Putio dio luz verde para empezar el ataque sobre Ucrania. La ciudad de Dnipro, en el centro sur del país, también fue impactada con varios proyectiles rusos.
El avance de las tropas rusas en el sur del país ha sido especialmente notable. La ciudad de Jersón, a orillas del mar Negro, ya está bajo control de los soldados rusos desde hace una semana y Putin quiere hacerse con Odesa para desconectar por completo a Ucrania del mar. Mariúpol continúa bajo asedio, aunque las tropas ucranianas aún resisten a los intensos bombardeos y a los enfrentamientos terrestres.
Ayuda humanitaria en riesgo
La continua ofensiva está poniendo en riesgo las misiones humanitarias, según alertan las autoridades ucranianas.
El gobernador de la región de Kiev ha explicado que las amenazas de ataques aéreos rusos han continuado durante los intentos de evacuación y el gobernador de la región de Donetsk también ha explicado que los constantes bombardeos complicaban el envío de ayuda a Mariúpol.
Un asesor de la presidencia ucraniana ha informado también de que 79 autobuses de evacuación y dos camiones con carga humanitaria partieron hacia Sumy el sábado. Los autobuses y camiones también partieron de Zaporizhzhia hacia Mariupol, según mostró un video publicado por el jefe adjunto de la administración presidencial ucraniana en las redes sociales.
Sanciones
Los esfuerzos para aislar económicamente a Rusia se han intensificado, y Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones a altos funcionarios del Kremlin y a los oligarcas rusos este viernes.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha explicado que la UE suspendería el trato comercial y económico privilegiado de Moscú, además de tomar medidas enérgicas contra su uso de criptoactivos y prohibir la importación de productos de hierro y acero, así como la exportación de artículos de lujo.
En respuesta, Moscú asegura que la Unión Europea "terminará pagando" al menos tres veces más por petróleo, gas y electricidad por imponer tales medidas.
"Creo que la Unión Europea no se beneficiaría de esto, tenemos suministros más duraderos y nervios más fuertes", dijo a Interfax el ministro de Exteriores de Rusia, Nikolai Kobrinets.
Fuente: Diario El Español