En 1997 la trágica historia del lamentable hundimiento del Titanic fue llevada a la pantalla grande y se convirtió en todo un fenómeno. En la película, una pareja que lidiaba con las diferencias de clase, un amor prohibido y un trágico final se convertía en una de las más aclamadas del séptimo arte. Leonardo DiCaprio y Kate Winslet se ganaban la fama mundial, tras representar a los personajes principales: Jack y Rose.
Más allá de que el sueño de protagonizar un film de la magnitud que tuvo el de James Cameron estaba latente en ambos intérpretes, la actriz reveló muchos años después que no fue para nada fácil transitar la fama y las críticas.
"No estaba preparada para ser famosa", dijo 24 años después del gran hito de su carrera en el podcast WTF with Marc Maron. Hoy, Winslet reflexiona sobre los tiempos oscuros que siguieron al film, que por muchos años alzó el mote del más taquillero de la historia pero que a ella la puso en modo de autoprotección. "Fue como pasar de la noche al día, de un día para el otro. Además, estuve sujeta a un gran escrutinio físico y personal y me criticaron bastante; la prensa británica fue bastante cruel conmigo", explicó.
La actriz tenía 22 años cuando protagonizó Titanic y hacía solo 5 que había tenido su primer papel. Más allá de sentirse "intimidada", sabía que todo aquello quedaría atrás. "Me acuerdo de pensar: 'Ok, esto es horrible y espero que pase'. Y definitivamente pasó, pero también me hizo dar cuenta de que si eso era 'ser famoso', no estaba preparada para serlo, definitivamente no", contó.
"Era una responsabilidad enorme. No quería cometer errores. No quería arruinarlo. Quería estar preparada. Entonces estratégicamente traté de encontrar pequeños papeles para poder entender el oficio y a mí misma, y mantener la privacidad", reveló sobre los años posteriores a Titanic.
Tres años después, Winslet tuvo a su primera hija, Mia, junto al director Jim Threapleton. Y fue justamente la maternidad lo que, a su parecer, desvió el interés de la prensa en ella. "Todo eso se evaporó un poco", opinó quien más tarde tuvo otros dos hijos: Joa, con Sam Mendes, y, Bear, con Ned Rocknroll, sobrino del millonario Richard Branson con quien comparte la vida desde 2012.
El acoso no era algo nuevo para ella: de niña sufrió sobrepeso y bullying escolar. Sus compañeros, según reveló en varias oportunidades, se burlaban de sus ganas de ser actriz y llegaron a encerrarla en un armario. A los 14 años, un profesor de teatro le aseguró que solo recibiría papeles de gorda.
"Cualquier mujer joven que alguna vez haya sido discriminada por un maestro, un amigo o incluso un padre, no debe escucharlo. Eso es lo que yo hice, no hacer caso y seguir adelante. Superé todos mis miedos y mis inseguridades. Simplemente tienes que seguir creyendo en ti misma", dijo al respecto tras recibir su premio Bafta en 2016 por su interpretación en la película Steve Jobs.
La vida familiar no fue un impedimento para la actriz, quien finalmente se convirtió en ganadora del Oscar a mejor actriz por su papel en El Lector (2008). Podría volver a ser reconocida por la Academia por su trabajo en Ammonite, donde protagoniza una historia de amor junto a Saoirse Ronan.
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