En lugar de perder varios años y miles de millones desarrollando motores rivales, los gigantes japoneses Toyota y Suzuki decidieron jugar bien juntos y compartir algunas cosas.
El acuerdo estratégico con Toyota permite a Suzuki ofrecer este familiar híbrido, un calco del Corolla Touring Sports.
La marca japonesa necesita bajar su media de emisiones para que la multa que tendrá que pagar relacionada con la nueva normativa WLTP resulte lo más baja posible. Para ello, ha llegado a un acuerdo con Toyota para compartir modelos y, sobre todo, tecnología híbrida... mientras esperan a desarrollar la suya propia (también llegarán Suzuki totalmente eléctricos, pero no será antes de 2023).
De esta forma, después del lanzamiento del Suzuki Across (un Toyota RAV4 híbrido enchufable) llega el nuevo Swace... que no es otra cosa que un Toyota Corolla con carrocería familiar. La diferencia en el modelo de Suzuki es que cuenta con un paragolpes delantero y parrilla algo diferentes, y que los logos cambian. El resto del coche es exactamente el mismo.
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Suzuki ha optado por ofrecer una gama reducida: solo se puede elegir con un sistema híbrido de 122 CV, carrocería familiar (el Corolla ofrece otra opción más prestacional de 180 CV y tres carrocerías) y dos acabados: GLE -de acceso- y GLX -más equipado-. La diferencia de precio entre ambos es de 1.805 euros.
Con el Swace, Suzuki accede al segmento C (el de los compactos), donde se comercializan unas 160.000 unidades al año, de las cuales cerca de 40.000 cuentan con una carrocería familiar.
El sistema híbrido combina un propulsor térmico 1.8 atmosférico de 98 CV y un motor eléctrico de 72 CV. La potencia combinada es de 122 CV, lo que le permite ofrecer unas prestaciones normales que pueden ser suficientes para practicar una conducción relajada, pero algo justas si aprovechamos toda la capacidad de carga o circulamos con frecuencia por lugares con orografia escarpada. En lo que respecta al consumo, destaca por ser bajo en cualquier circunstancia, aunque las mejores cifras se obtienen en zonas urbanas, con registros de unos 4 l/100 km.
Por lo demás, el Swace es un coche agradable de conducir, con un cambio automático cómodo y un destacable refinamiento de marcha. Su comportamiento es muy noble en curva, con reacciones siempre intuitivas y seguras. La suspensión trabaja bien, ya que contiene los movimientos de la carrocería y absorbe bien los baches. Eso si, hay que acostumbrarse al tacto del freno.
El interior es el mismo que el del Corolla. La única diferencia la encontramos en el logotipo del volante. El salpicadero del Swace exhibe un diseño sencillo, sin demasiados botones. Los mandos están bien situados, por lo que no te costará manejarlos. Sólo la pantalla central táctil de 8'' y sus menús requieren un poco más de práctica. No hay queja por calidad: todo está bien ajustado y, en general, es lo que esperas de un coche de este precio. Ofrece de serie carga inalámbrica para el móvil.
Las plazas traseras no son las más amplias del segmento, sobre todo por hueco para las piernas, Además, las puertas no ofrecen un gran ángulo de apertura, por lo que el acceso no es del todo cómodo. En cambio el maletero sí resulta aprovechable (596 litros) y cuenta de serie con un suelo reversible con una superficie enmoquetada y otra de resina plástica, más fácil de limpiar.