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Estados Unidos vive su cuarto día de pesadilla con otro récord de casos y se agotan las camas de UCI

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La recuperación que ha tenido el Estado de Nueva York en las últimas semanas de la pandemia es una excepción y no una regla con respecto al resto de Estados Unidos.

Mientras esa región, que se convirtió en uno de los focos mundiales del coronavirus, ha pasado a tener la tasa de contagios más baja de todo el país, el resto de la nación resiste los embates de los contagios y los rebrotes que se convierten en alarmantes récords cada día.

Este sábado, el país ha registrado 45.300 nuevos casos de coronavirus, y ha batido su propio registro de contagios por cuarto día consecutivo. La cifra se alcanza cerca de tres meses después de que se presentaran los primeros casos de infecciones en olas que afectaron especialmente la región nororiental del país, que se acerca a los 2,5 millones de contagios y 125.000 muertes. Los medios locales informan de que 31 de los 50 Estados han reportado aumentos en las cantidades de contagios con respecto a hace dos semanas. Los más afectados en los últimos días han sido Arizona, Florida, California y Texas.

Las hospitalizaciones en Arizona alcanzan un récord desde el comienzo de la pandemia. Este viernes, los hospitales del Estado tenían el 86% de las camas ocupadas y el 87% de las de unidades de cuidados intensivos (UCI). Además, este sábado superó los 70.000 positivos desde el comienzo de la crisis, al sumar 3.591 casos nuevos en un día. Los muertos, hasta ahora, han sido 1.579. Hace una semana, el Estado, fronterizo con México, se encaminaba a ser el nuevo foco del coronavirus en la costa oeste del país.

Florida, por su parte, ha roto este sábado otra vez el récord de casos nuevos de coronavirus. Según el Departamento de Salud, en las últimas 24 horas ha habido 9.585 casos nuevos de coronavirus. Desde que empezó la pandemia, sólo en ese Estado ha habido 132.545 contagios. Allí, además, la edad media de los infectados es 41 años, lo que refleja un aumento de contagios en grupos de edad más jóvenes.

Al otro extremo del país, en la costa del Pacífico, California, el Estado más poblado del país, acumuló también récords de contagios diarios esta semana. Más de 7.000 casos el martes, cerca de 2.000 más de los que hubo el lunes, cuando se había establecido un récord. El gobernador, Gavin Newsom, explicó que las reuniones privadas en los hogares son uno de los escenarios en los que más se expande el virus. Además, indicó que cada vez los jóvenes se están enfermando más, y que los contagios en las cárceles son motivo de alarma.

 

El doctor Robert R. Refield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, ha dicho que a pesar de que ha habido varios progresos en el país en la lucha contra el virus, la concentración de nuevos brotes en algunas ciudades demuestra que todavía hay “mucho trabajo por hacer”.

Una reapertura fallida

El gobernador del Estado de Texas, Greg Abott, aseguró que permitió a los bares abrir “demasiado rápido” al anunciar el cierre de esos negocios. Esa región sureña fue una de las primeras en reabrir su economía debido al bajo impacto del coronavirus. Sin embargo, el jueves pasado el gobernador congeló las medidas de desconfinamiento debido al repunte de casos. Abott explicó ese día: "La pausa temporal en las medidas de desescalada ayudará a acorralar el virus y entrar en la primera fase de reapertura de una forma más segura". La última semana, Texas acumoló más de 30.000 nuevos contagios y casi 200 fallecidos por el virus.

La flexibilización de las medidas de confinamiento ha afectado también al mencionado estado de Florida, que en su última semana, tras el paso a la segunda fase de reapertura económica, ha tenido más de 33.000 casos nuevos confirmados.

El Gobierno mantiene su estrategia

Mientras los números de contagios y fallecimientos aumentan alarmantemente en todo el país, el Gobierno del presidente Donald Trump mantiene su línea. En una rueda de prensa ofrecida este viernes, el vicepresidente del país, Mike Pence, no ofreció nuevas estrategias para combatir la veloz difusión del virus y atribuyó el repunte de casos al incremento de pruebas.