Un pequeño país que conquistó un sueño gigante, los puntos claves según BBC Mundo.
Un país insular africano de poco más de medio millón de habitantes se medirá con las grandes potencias del fútbol en el Mundial 2026.
Los Tiburones Azules de Cabo Verde hicieron historia al vencer 3-0 a Esuatini, asegurando por primera vez su clasificación a una Copa del Mundo.
La gesta deportiva no solo emociona al continente africano: también ha despertado la curiosidad mundial sobre este archipiélago ubicado a más de 500 km de las costas de Senegal.
Aquí te contamos seis datos fascinantes que explican por qué Cabo Verde es mucho más que su hazaña futbolística
1. Un archipiélago que antes solo habitaban murciélago
Antes de la llegada de los portugueses en el siglo XV, Cabo Verde estaba deshabitado.
El único mamífero nativo era el murciélago orejudo gris, que dominaba las islas hasta la fundación de Ribeira Grande (hoy Cidade Velha) en 1462, la primera ciudad colonial europea en los trópicos.
El nombre del país proviene del Cabo Verde en Senegal, el punto continental más cercano.
Hoy, Cidade Velha es Patrimonio de la Humanidad y testimonio del inicio de la presencia europea en África Occidental.
2. Cabo Verde fue un centro del tráfico de esclavos
Durante más de tres siglos, Cabo Verde fue clave en el comercio de esclavos entre África y América.
Miles de personas eran vendidas anualmente y enviadas hacia Europa o el Nuevo Mundo.
La mezcla de culturas dejó una profunda huella genética y cultural: la mayoría de sus habitantes son mestizos afro-europeos, y el país cuenta con un idioma propio, el criollo caboverdiano, que combina portugués y lenguas africanas.
La religión católica también refleja su pasado colonial: el 72 % de la población practica el catolicismo, según The World Factbook de la CIA.
3. Tiene más turistas que habitantes
Con solo 524 000 habitantes, Cabo Verde recibe más del doble de visitantes al año: 1,2 millones de turistas en 2024, atraídos por su clima tropical y playas volcánicas.
El turismo representa una cuarta parte del PIB nacional, y es la principal fuente de ingresos del país.
Curiosamente, la diáspora caboverdiana es incluso mayor: más de dos millones de personas viven fuera del país, principalmente en Portugal y Estados Unidos.
4. Una de las democracias más sólidas de África
Tras independizarse de Portugal en 1975, Cabo Verde transitó de un régimen de partido único a un modelo democrático estable.
Desde 1991 celebra elecciones libres y pacíficas, con alternancia de poder entre partidos y un sistema institucional sólido.
El actual presidente, José Maria Neves, asumió en 2021 tras una década de dominio del partido rival, consolidando la reputación de Cabo Verde como una de las democracias más ejemplares del continente africano.
5. No tiene ríos, pero sí un volcán activo
El archipiélago no cuenta con ríos ni fuentes naturales de agua dulce, por lo que depende totalmente de plantas desalinizadoras.
El clima seco y las frecuentes sequías dificultan la agricultura.
Su relieve volcánico da lugar a paisajes espectaculares, y su punto más alto, el Pico do Fogo (2.829 m), es un volcán activo.
En su última erupción (2014-2015) destruyó aldeas enteras y provocó pérdidas superiores a 50 millones de dólares.
6. La música que conquistó el mundo: la morna y Cesária Évora
La música es parte esencial de la identidad caboverdiana.
Su género más emblemático, la morna, fue declarado en 2019 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
De tono nostálgico y letras sobre el saudade (la añoranza), la morna combina guitarras, violines y cavaquinhos.
Su mayor embajadora fue Cesária Évora (1941-2011), la “diva descalza”, quien llevó la música de Cabo Verde a los escenarios más prestigiosos del planeta.
El otro género popular, el funaná, es su contraparte alegre y rítmica, símbolo del espíritu festivo de las islas.
Cabo Verde: del Atlántico al Mundial
Desde su geografía volcánica hasta su cultura mestiza, Cabo Verde es un ejemplo de resiliencia y orgullo.
Ahora, con su primera clasificación al Mundial, los Tiburones Azules ponen al pequeño archipiélago en el mapa del planeta fútbol.
Una historia que demuestra que los sueños —aunque nazcan en una isla remota del Atlántico— pueden llegar tan lejos como el horizonte.
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