Esta noche no es una cualquiera. Me acuesto con la alegría inmensa de saber que mañana será canonizado Carlo Acutis —o como a veces le llamamos con cariño, “Carlo el Santo millennial” —, el joven londinense criado en Italia que, con su vida sencilla y luminosa, conquistó corazones en todo el mundo.
Su canonización ha sido posible gracias a dos milagros reconocidos oficialmente. El primero ocurrió en Brasil, con la curación instantánea de un niño con una grave malformación pancreática. El segundo en Costa Rica 🇨🇷, mi país natal, donde Valeria Valverde, una joven estudiante, recuperó su salud de forma inexplicable tras encomendarse a Carlo.
Dos hechos que dejaron a la ciencia sin respuestas, pero que para la fe son señales claras de Dios actuando a través de este muchacho.
Carlo, además, puso sus talentos digitales al servicio de la fe. Creó una página web en la que recopiló los grandes milagros eucarísticos de la historia.
Entre ellos:
Lanciano, Italia (s. VIII): una hostia se transformó en carne y sangre; aún hoy se conserva y ha sido analizada científicamente.
Buenos Aires, Argentina (1996): una hostia caída al suelo mostró tejido humano del corazón, confirmado por estudios de laboratorio.
Carlo supo mostrar que la fe no está reñida con la ciencia, sino que muchas veces la supera y la deja sin palabras.
Los invito a estudiar los milagros eucarísticos explicados por la Lectio Divina - de veras que nos deja pasmada la ciencia .
Y, ¿qué decir de su vida? Amaba lo sencillo: los helados, el ejercicio, la pista, la música… y por encima de todo, el amor al prójimo. Tenía jeans y zapatillas como cualquier joven, pero también un corazón encendido que lo llevó a convertirse en el “influencer de Dios”.
Vi, mi esposa — de noche infaltable con sus oraciones y Rosario —, y yo —a la distancia - con mi fútbol y mi escritura. Pero ambos; al amanecer, practicamos la gratitud y la obediencia mientras pedimos al Señor por ustedes , por nuestros hijos y nietos, y por nosotros también ( el burro adelante para que no se espante ) , para que nos provea a todos de sabiduría , y nos aumente nuestra escasa riqueza espiritual.
Estamos plenos de defectos pero de eso no se trata . Se trata de expresar un gran asombro al sentir la descomunal diferencia entre 1955 y 2025. Ese salto tecnológico hace temblar a cualquiera. Sin embargo, el joven Santo Carlo nos enseña que no importa la brecha generacional: siempre se puede estar al día, siempre se puede usar lo nuevo para servir a los demás, siempre se puede vivir con propósito.
Carlo nos dejó frases que hoy brillan con fuerza:
“La escalera más rápida al cielo es rezar el Rosario”.
“La alegría más grande es pensar en Dios, y la tristeza más grande es vernos en el espejo y darnos cuenta de lo lejos que estamos de Él”.
Reflexión final
Este sábado por la noche, antes de dormir, subamos esa escalera con el Rosario en mano. Y mañana, Día del Señor, despertemos con alegría pensando en Él, con la decisión firme de reducir la distancia que nos separa.
Carlo, el joven santo influencer, nos recuerda que la santidad no es un ideal imposible ni algo del pasado: es una llamada presente, viva y actual, también para ti y para mí.
Paz, bien y propósito. Abrazos, Memo.
Nota escrita por el ex futbolista costarricense radicado en México - Guillermo Cubas