Marjorie Elliott Sypher, nacida en Canadá, fue primera dama de Costa Rica de 1974 a 1978, durante la administración de su esposo Daniel Oduber Quirós.
Cursó estudios de ejecución musical en Canadá y de Literatura en la Universidad de La Sorbona en Francia. Desposó a Oduber en París el 8 de mayo de 1950. durante su gestión fomentó el cooperativismo, creó una red de bibliotecas de escuelas rurales y proyectos conservacionistas y de reforestación. Fue nombrada dama de la Orden de Isabel la Católica por el Rey Juan Carlos I en su visita al país.
Al terminar su período y tras la muerte de Oduber se dedicó a la labor de preservación del ambiente, campañas ecológicas y de conservación del patrimonio arqueológico costarricense.
Falleció en Escazú, el 16 de abril de 2015 a los 90 años de edad.
La periodista Angela Ulibarri presentó la siguiente reseña de doña Marjorie.
José Marín Cañas siendo mi profesor de periodismo en la UCR nos enseñó a admirar a doña Marjorie de Oduber, casada muy joven con Daniel Oduber, y quien aprovechaba todas las ocasiones para trabajar por el país que adoptó como propio.
Estuve muy cerca de ella en los recorridos por todas las escuelas del país donde logró instaurar una red de bibliotecas muy funcionales y conocí de cerca su trabajo en el cooperativismo.
Falleció a los 89 años de edad dejando huella positiva en Costa Rica
Doña Marjorie se convirtió en Primera Dama de Costa Rica a los cuarenta y siete años de edad. Una de sus primeras gestiones como Primera Dama fue la de conseguir un piano de cola para el compositor e intérprete don Benjamín Gutiérrez, quien lo cedió a la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica.
Durante la administración Oduber, doña Marjorie promovió la formación de cooperativas agrícolas, industriales y escolares. Entre los lugares que se beneficiaron de sus esfuerzos en este campo cabe mencionar Tucurrique, San Carlos, Arenal, etc.
Quizá su principal y más fructífera actividad como Primera Dama, a la que dedicó incontables horas, fue el desarrollo de un Programa de Bibliotecas Rurales, en cuya ejecución colaboraron la Asociación de Damas Diplomáticas y un importante grupo de señoras costarricenses que coordinaban doña Cecilia Álvarez y la única asistente de doña Marjorie, la señorita Marta Eugenia Núñez Madriz, después esposa de don Manuel López Trigo y diplomática de carrera.
Para la ejecución del Programa se adquirían grandes cantidades de libros adecuados para los niños -ediciones de cubierta dura, letra grande y vistosas ilustraciones- y se distribuían a escuelas rurales, junto con estantes de alegre colorido, y en oportunidades vajillas para los comedores escolares y pelotas de fútbol. El Estado contribuía con recursos para el Programa: pero para recaudar fondos adicionales doña Marjorie y sus colaboradoras efectuaban ferias, exposiciones y otras actividades.
A lo largo de la administración de don Daniel, doña Majorie visitó alrededor de 1.300 escuelas en los más diversos rincones del país y en cada una de ellas entregó una biblioteca. En esas giras empleó los más variados medios de transporte, ya que hubo lugares a los que hubo de llegar a caballo, en avioneta, en helicóptero y hasta en panga. La última de estas visitas la efectuó el 7 de mayo de 1978, la víspera de la conclusión del período presidencial.
Su interés por la naturaleza la llevó a participar en distintas iniciativas conservacionistas, entre ellas la preparación del proyecto que dio origen en 1977 a la Ley de Reforestación. El naturalista y ornitólogo Alexander Skutch le dedicó su libro Aves de Costa Rica.
Como Primera Dama también le correspondió cumplir con deberes protocolares y atender a distinguidos huéspedes del país. Especial relevancia tuvo la visita de Sus Majestades los Reyes de España don Juan Carlos I y doña Sofía, en setiembre de 1977. El soberano español otorgó a doña Marjorie la Banda de Dama de la Orden de Isabel la Católica.
El renombrado escritor don José Marín Cañas se refirió así a la labor de doña Marjorie:
“… distinguida y fina, inteligente y artista, trabajadora con el pueblo y para el pueblo, ejemplo también de una mujer preparada para desempeñar con brillantez inusitada el trabajo de laborar intensamente en la obra nacional, sin perder un ápice de su distinguida belleza y de su elegante y discreto comportamiento. Doña Marjorie de Oduber, otra Dama sin par”