La historia de Sylvester Stallone es una de las crónicas más impresionantes de la industria cinematográfica.
El actor, pasó a la historia del cine de acción con títulos como ‘Rocky’ (1976), donde se pone en la piel de un desconocido boxeador de Filadelfia que acaba optando al título mundial, y ‘Acorralado (Rambo)’ (1982), interpretando a un ex boina verde experto en guerrilla con profundas heridas psicológicas a causa de su participación en la Guerra de Vietnam, dando inicios a algunas de las sagas cinematográficas más emblemáticas del celuloide.
Pero el camino que el actor tuvo que transitar hasta convertirse en una leyenda del género de acción no fue nada fácil. Durante sus años de juventud, Stallone tuvo muchas dificultades para abrirse paso en la jungla de Hollywood. A comienzos de los 70, fue desahuciado de su casa y estuvo varios días durmiendo en una terminal de autobuses.
El actor pagó sus estudios en arte dramático tras protagonizar una cinta pornográfica gracias a la cual consiguió 200 dólares por dos días de trabajo. Durante el inicio de su carrera, Stallone se profesó como guionista, acudiendo de manera frecuente a la biblioteca para inspirarse leyendo los relatos de Edgar Allan Poe.
Tras un puñado de apariciones como extra sin acreditar en varias películas como ‘Bananas’ (1971), de Woody Allen, donde interpreta brevemente a un matón y tras haber audicionado sin éxito para un papel secundario en ‘El padrino’ (1972), Stallone estaba a punto de tirar la toalla en su propósito de hacerse un hueco en la meca del cine. El actor vivía con muy pocos recursos, en una pensión para indigentes llena de cucarachas y su único compañero era su perro Butkus, un bullmastiff llamado así en honor a Dick Butkus, leyenda de los Chicago Bears de la NFL y considerado como uno de los mejores linebackers de la historia del fútbol americano. La situación económica de Stallone era tan alarmante que ni siquiera tenía dinero para hacerse cargo de su perro, por lo que tuvo que venderlo a la puerta de un 7-Eleven por 40 dólares.
Tras ver ‘Marcado por el odio’ (1956), biopic del boxeador Rocky Graziano, interpretado por Paul Newman, que cuenta la historia de cómo un joven y problemático italoamericano acaba convirtiéndose contra todo pronóstico en el campeón de los pesos medios, a Stallone se le ocurrió la idea para el guion de ‘Rocky’, cuya escritura íntegra no le llevó más de 20 horas.
Poco tiempo después, el actor se presentó a audicionar para un papel que finalmente no consiguió, pero aquel casting le dio la oportunidad de entablar conversación con los productores Irwin Winkler y Robert Chartoff, a los que aprovechó para contarles la trama del guion que acababa de escribir. Los productores se sintieron profundamente atraídos por la idea y ofrecieron a Stallone 350.000 euros por sus derechos. Pero la idea de Winkley y Chartoff es que alguna estrella hollywoodiense interpretara al protagonista, barajando los nombres de Robert Redford, Ryan O’Neal o Burt Reynolds, a lo que Stallone se negó en rotundo ya que esperaba protagonizar él mismo la película que había escrito. El guion resultó de tal interés a los productores que finalmente aceptaron la proposición de Stallone, eso sí, a cambio de unos emolumentos económicos diez veces inferiores a la oferta inicial.
Tras haber ingresado parte del dinero, lo primero que hizo Stallone fue montar guardia durante tres días en la puerta del establecimiento donde había vendido a su perro, hasta que encontró a su nuevo dueño, al que le explicó que estaba dispuesto a pagar la cifra que pidiese para volver a tenerlo de vuelta. Tras desembolsar la inestimable cifra de 15.000 dólares, el actor trajo de vuelta a Butkus, a quien además hizo aparecer en la película como la mascota de Rocky Balboa.
Finalmente, tras su estreno, el filme fue todo un éxito en taquilla, lo que sin duda logró lanzar la carrera de Sylvester Stallone. Además, la cinta se alzó con tres de las diez nominaciones a las que optaba para la 49º edición de los Premios Oscar, entre las que destaca el Oscar a la Mejor película.