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Termina la esperada primera temporada de 'Betty la fea' con 10 capítulos

La telenovela 'Betty la fea', considerada la más exitosa de la historia por el Libro de Guinness de los récords, fue doblada en 15 idiomas y adaptada a 19, con su versión estadounidense transmitiéndose en cadenas de todo el mundo.

“No, bueno”, como dicen los colombianos, es que a estas alturas, ya nada hace ruido en “Betty, la fea: la historia continúa”. En efecto, es otra historia. Si algo quedó de la telenovela de Fernando Gaitán es la esencia de la fealdad versus la belleza, pero un elenco de la nueva generación incitaron los giros del drama, así como “Karate Kid” apostó con “Cobra Kai” en Netflix y “Sex and the City” con “And Just Like That” en Max. En el final de temporada, los episodios 9 y 10 de la serie, hay tanto por rescatar como criticar.

En suma, la primera temporada la serie de Prime Video satisface en precisa medida de humor y puesta en escena, mil veces menos precaria que antaño, pero deja un sinsabor sobre las tramas de algunos personajes, a quienes se les ha impuesto la solución de sus vidas en 10 episodios. Vayamos por partes con la siguiente reseña del final de “Betty, la fea”.

"Betty, la fea: la historia continúa"

Sinopsis de la primera temporada

Betty (Ana María Orozco) y Armando (Jorge Enrique Abello) están al borde del divorcio y su hija adolescente, Mila (Juanita Molina), creció con un sentido de conciencia sobre Ecomoda. Ella tiene la intención de aportar con su trabajo como diseñadora de modas a la empresa. De esta forma, conflictos de intereses, malos manejos financieros y desamores surgen entre los personajes principales y secundarios de la serie.  

Episodios 9 y 10 de “Betty, la fea”

Mila es más querida

Mila lee el diario de su madre y se entera de la trampa de Armando y Mario con Betty años atrás. El “plan para atrapar a la fea” está al descubierto y la hija de Armando está molesta con su padre. Sin duda, nadie puede sentenciar la actuación de Juanita Molina en el personaje más odiado de la serie, porque bañó el ambiente de modernidad. En el final de la temporada, Mila toma consciencia de su actitud; eso es un alivio y algo con lo que la audiencia se contagia. Sin justificar su mal comportamiento y que la producción incluyera un robot como su asistente personal, podemos decir que la participación de Molina fue conmovedora en el último episodio, donde hace las pases con su madre, y un merecido crédito por crispar a muchos a lo largo de la serie.

Por cierto, la forma en que Mila descubre el diario de su madre fue sosa en extremo. Se lo quita de la mano a su abuelo Don Hermes, después de una discusión.

Sinopsis de la primera temporada

Armando, un soldado caído

No hay salvación para el personaje que más justicia ha recibido en una serie latinoamericana. Su regreso significa una carga de opiniones divididas. En su caso, gana la cárcel y la cancelación social. ¿Qué sigue? ¿Tomar terapia por el resto de su vida? Aunque es un elemento realista la situación de salud mental, entendiendo que existen altas tasas de suicidio hoy en día, cabe la duda de si suma ver a este icónico personaje sufrir de esa manera y que la simple solución sea la terapia. Él pierde a su hija, a la empresa, su reputación, a su esposa y finalmente se rinde, pero los creadores dejan ver que hay esperanza en su redención.

El testaferro y Marcela

El actor colombiano de amplia trayectoria en ficciones de crímenes, Carlos Camacho, vuelve a hacer un personaje al borde de la ley. Es quien firma por la compra de las bodegas de Ecomoda como el testaferro de Ignacio Valencia. Después de Hugo Lombardi y Freddy, Pascual (Camacho), alias ‘El Papero’ por ser vendedor de papas, puede ser un nuevo personaje pintorezco. Aparece poco, pero su forma de hablar y su comportamiento obsesivo con Marcela Valencia, quien por primera vez tiene un pretendiente, marcan un contraste muy chistoso al perseguir a una mujer tan seria como ella.

Ignacio y la abogada

Ignacio Valencia (Sebastián Osorio), el nuevo villano de la serie, está completamente desacreditado en los últimos episodios. Mila es utilizada por un hombre, tal como lo fue su madre años atrás, pero la joven se da su lugar y lo expone ante la junta de accionistas. Debido a esto, el nuevo movimiento del joven hacker es una alianza con la abogada Majo (Zharick León), quien está obsesionada con Armando Mendoza.

El último episodio aprovecha para darle cierto protagonismo a León, en lugar de relegar a su personaje a un plano secundario. Si estos dos se unen para acabar con la relación de Betty y Armando y quedarse con la empresa, esto añadiría una interesante perspectiva a la historia, pero también inclinaría la balanza hacia un final lleno de llantos, muertes y sangre, tan, pero tan cliché de las telenovelas.

Hugo es amable

En general, los últimos episodios no solo presentan fallas de continuidad o justificaciones forzadas, sino también errores técnicos de sonido. En particular, hay un cambio de opinión repentino en Hugo Lombardi, que a mitad de la serie se convierte en “Cindy Calixta” (por “sindicalista”) y agrupa a los empleados de Ecomoda en un sindicato. Más adelante, después de descubrir la manipulación de Ignacio a Mila y su sistema de espionaje en la empresa, Hugo cambia de parecer abruptamente y decide dejar de lado su lucha social para concentrarse en armar una colección, que finalmente se revela como el cierre perfecto de la primera temporada.

Julián Arango, en el papel de Hugo Lombardi, es una de las mejores experiencias cómicas que dejó “Yo soy Betty, la fea”. Parte del arte de interpretar a este personaje radicaba en la improvisación en el set de rodaje, pero ahora que la serie tiene una estructura tan rígida, incluso cuando interpreta las bromas del guion, Arango parece acorralado por la cámara, limitado a un solo chiste y forzado a ser demasiado amable, lo que hace que su actuación no se sienta del todo natural. Como dijo el director en una entrevista con este diario, todavía hay mucho por explorar de este personaje.

El cuartel de las feas

A lo largo de la serie, ‘el cuartel de las feas’ enarbola la bandera de la igualdad LGBT gracias a la nueva orientación de Sandra (Marcela Posada) y reafirma su compromiso con ser una voz femenina, sin perder su esencia como las más chismosas de la empresa. ¡Claro que no! Freddy está a punto de superar el abandono de Aura María, y justo en el último capítulo, el personaje regresa, algo que debió retomarse desde el inicio de la temporada. No hay justificación para haber alargado tanto su regreso.

Cartagena

El spoiler más esperado por toda América Latina unida: vuelve el francés. Por lo menos, esa es la intriga generada por Betty en la última escena. Después de pasar una noche en la casa del abogado Esteban (Rodrigo Candamil), Betty firma el divorcio por motivación de su hija y hace un viaje de descanso a Cartagena. Es un episodio donde Armando Mendoza pierde protagonismo y queda relegado a un segundo plano, porque la nueva Betty está lista para vivir su soltería. No hay una figura clara sobre sus sentimientos, pues parece confundida y, cinco minutos después, totalmente feliz con su decisión.

Veredicto

Hay soluciones demasiado rápidos a los conflictos en los últimos dos episodios, pero la serie continúa con momentos entretenidos, mucho material de archivo, generando intriga por los personajes que regresan, nuevos conflictos con potencial de ser icónicos. Sin embargo, también existe una urgencia por no caer en los clichés y dañar demasiado la esencia de la serie por complacer a las audiencias juveniles. Los puntos a favor están en las buenas actuaciones, una puesta es escena colorida y moderna, la calidad de la relación entre Betty y su hija, el mismo carácter del divertido reparto, entre otros. Todavía hay mucho por contar y mejorar.

Diario El Comercio Perú