El tercer día de la Eurocopa ha traído los primeros momentos de alta tensión en algunas sedes como lo que ocurrió por las calles de Gelsenkirchen ante la ola de ultras ingleses y serbios, dos de las aficiones más violentas del fútbol europeo.
Los ciudadanos y las autoridades alemanas tenían claro que los problemas se podrían presentar a lo largo del día y por eso se pudo a disposición más de 3.000 efectivos para controlar la ciudad. No obstante, una emboscada provocó el caos en la zona de bares y restaurantes.
Y es que los ultras serbios se habían camuflado con banderas de Inglaterra para intentar crear problemas entre las aficionados. Pero los primeros conatos de bronca se dieron cuando un grupo de hooligans albaneses atacaron con el lanzamiento de botellas a un grupo de aficionados serbios, quienes respondieron al ataque. Por la zona volaban botellas y mobiliario de los bares y restaurantes.
La policía alemana no tardó en intervenir con más de 50 efectivos y una decena de furgones. En principio la policía logró frenar la pelea y controlar la zona. Han aislado los bares de los ultras serbios y los atacantes huyeron del lugar.
Las autoridades han reportado que dos personas fueron atendidas por los servicios médicos con heridas leves y al menos cuatro fueron detenidos.
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