Recientemente hicieron pública la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo de 2024. Por lo que es un día perfecto para hablar de algunos trucos que se utilizan en este negocio para aumentar sus beneficios a costa de encoger tu billetera.
Hasta los locales más top tienen sus pequeñas estrategias para que sus clientes terminen gastando más de lo esperado.
Algunos son muy obvios (y descarados), otros no tanto, pero sea como sea, no está de más -especialmente ahora que llega una época de salir con mayor frecuencia- que repasemos las estrategias más curiosas que suelen emplearse para engancharnos más tiempo, logrando que nuestro dinero vuele sin darnos cuenta. Toma nota.
Traer la bebida primero
Esta es de las obvias y posiblemente ya la conocieras. No te descubrimos nada si te contamos la táctica de traer primero la bebida. Algunos manejan los tiempos mejor que otros (los hay que a medio vaso ya traen el entrante mientras otros esperan incluso a que lo acabes para ello y de paso, claro, tomarte nota de una segunda ronda).
Lo cierto es que está además comprobado que beber con el estómago vacío genera aún más hambre, de forma que es una manera bastante efectiva de lograr que tengas mayor apetito y pidas más.
Ofrecer algo verde o healthy
Esta es curiosa pero parece que funciona. Y es que aunque la gente no suela tan siquiera llevar una alimentación saludable en casa, sí que es bastante propicia a elegir un plato “verde” si se lo propone el camarero.
En lo que parece un intento de calmar nuestra conciencia, estamos especialmente predispuestos a aceptar sugerencias del restaurante de este tipo, por lo que no te extrañe que te lo recomienden con especial efusividad cuando tengan la oportunidad.
Los menús experiencia
Hay una nueva corriente en el mundo de la gastronomía que pasa por ofrecer toda una “experiencia” a la hora de comer. No deja de ser un menú cerrado, en el que el chef elige los platos que consumirá el comensal, pero adornándolo con ese aura de “experiencia” y dándole un poco de color al asunto (servicio en sala dedicado, vajilla especial, elaboraciones más trabajadas y originales de lo habitual…) consiguen que pagues de buena gana un a cantidad superior a lo habitual.
No decimos con esto que no lo valga (ojo, las experiencias gastronómicas son a veces exquisitas y merecen mucho la pena), pero eso no deja de implicar un desembolso mayor que si fueras a la carta de manera habitual.
El orden de los factores sí que altera el producto
Esta práctica tampoco es tan rara: consiste en poner como primera sugerencia en la carta de menú un plato caro y tras ello, uno más económico pero muy rentable para el local. De esta forma, el cliente queda atrapado en la diferencia de precio, es más probable que elija el segundo y el restaurante le sacará bastante más beneficio.
La elección del segundo vino más barato
Este es muy parecido al anterior pero centrado especialmente en las botellas de vino (también aplicable al servicio por copas). El cliente suele elegir el segundo vino más barato de la carta, ya que el primero sería parecer demasiado tacaño, algo que los restaurantes saben de sobra.
Por ello, una buena táctica es colocar como segunda opción más barata una botella que deje un buen margen de beneficio al negocio, logrando así una mayor rentabilidad.
La zona de lectura de una carta importa (mucho)
No leemos la carta de manera uniforme y muchos estudios lo confirman. De la misma forma, tampoco retenemos la información de la misma manera, por lo que dependiendo de cuándo lo hayamos leído nos acordaremos más o menos de determinado plato.
El primer sitio donde ponemos los ojos cuando abrimos una carta es en la esquina superior derecha, por lo que es el sitio en el que muchos restaurantes colocan su plato más caro.
También retenemos mejor en la memoria lo primero y lo último que leemos (se llaman efecto de primacía y de recencia, respectivamente), por lo que son también lugares estratégicos en los que sugerir los platos que más interese al negocio, léase: los más rentables.
Eliminar el símbolo de la moneda
Otro truco curioso y que quizás no conozcas consiste en eliminar el símbolo de la moneda local en los precios. Si te fijas, muchas cartas muestran los números pero sin el símbolo y hay una razón de peso para ello: se ha comprobado que los clientes que eligen platos de cartas en las que no aparece piden una cantidad significativamente mayor de comida.
Las raciones impares
Esta es una práctica algo descarada y que suele molestar bastante a los comensales, por lo que algunos negocios prefieren no ponerla en práctica, sin embargo, otros prefieren arriesgarse ya que el beneficio es interesante.
Consiste en servir raciones con unidades impares, lo que siempre suele llevar al comensal a pedir una más -es más probable que en la mesa se siente un grupo par que uno impar-, siendo en ese extra donde se le saca beneficio.
Los “fuera de carta”
Otro clásico para conseguir hacernos pagar más es el de los fuera de carta. Muchos restaurantes suelen apostar, además de por su menú habitual, por algunas propuestas extraordinarias que van incluyendo según mercado. Cuando nos informan sobre ellas no suelen dar el precio y es ahí donde pueden pillarnos.
Y es que pueden pasar tres cosas: que no nos interese; que sí lo haga pero consultemos el precio (aquí puede entrar también la consideración de que al ser algo efímero, queramos probarlo sí o sí porque otro día no estará); o que nos decantemos por alguno de esos platos sin tan siquiera preguntar cuánto vale (por despiste o vergüenza). Este tercer caso es el más deseable por los restaurantes y donde pueden llegar a sacarnos un buen pico. Ojo con ello.
Como ves, muchos de estos trucos tienen que ver con la psicología del ser humano y nuestra manera de percibir las cosas, por lo que es muy fácil que pasen desapercibidos y no te des cuenta. A partir de ahora seguro que te fijas más en ello.