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Un reciente estudio ha llegado a la conclusión de que incluso en una sociedad secularizada como la actual, la mayor parte de los ateos creen en la vida después de la muerte. 

Mucho se ha debatido al respecto, pues algunas personas que han estado clínicamente muertas aseguran haber visto lo que ya se ha convertido en una leyenda: el famoso túnel, la luz, las voces, un recorrido de imágenes de los mejores momentos de nuestra vida. Para los creyentes, es una de las pruebas más irrefutables de que tiene que haber algo después, pero, ¿cómo explica la ciencia todo esto? Y, más importante quizá, ¿por qué nos aferramos tanto a ello?. 

  

Nuestra muerte debería ser tan natural como nuestra propia vida, pero nos genera una suerte de crisis existencial. 

La teoría del manejo del terror daría una explicación a todo ello: se trata de una teoría psicológica, social y evolutiva que viene a decir que nuestro propio instinto de autoconservación, que sabe que la muerte es inevitable, produce terror, y tratamos de manejar este terror a través de una combinación de escapismo y creencias culturales. Es decir, aquello que alivia la ansiedad ante la muerte como es la idea de la vida eterna sería, en realidad, parte de nuestro propio carácter evolutivo.

La teoría del manejo del terror viene a decir que, como sabemos que la muerte es inevitable, esto produce terror, y tratamos de solucionarlo a través de una combinación de escapismo y creencias culturales

De hecho, un estudio de 2005 realizado con niños fue bastante interesante. Tras hacerles una demostración de un cocodrilo comiéndose a un ratón. Los niños más pequeños del grupo, curiosamente, fueron los que dieron una explicación más clara y psicológica de la vida después de la muerte, lo que significa que podría ser parte de nuestra psique como animales evolutivos. De hecho, la Inteligencia Artificial ya trata de luchar contra la muerte con distintas propuestas que van desde el transhumanismo a la criogenización (por ahora poco afectiva), pasando por los avatares de nosotros mismos.

Nuestro cuerpo quizá se irá, pero nuestra conciencia permanecerá, es en lo que se basa la premisa. Según algunos estudios, hay una especie de 'tsunami cerebral'. La conciencia todavía puede estar presente muchos minutos después de que el resto del cuerpo haya dejado de mostrar signos de vida. También hay explicaciones a todas esas cosas que ya forman parte de la cultura popular y sabemos que suceden antes de morir. Por ejemplo, la doctora Valeria Page, de la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Watford en Londres, tiene una teoría al respecto de ver un túnel e ir hacia la luz: "Se debe a que cuando el nervio óptico pierde sangre lo que se ve es una luz blanca".

La ciencia trata de atajarlo explicando que existen dos tipos de experiencias cercanas a la muerte. Según los neurocientíficos Olaf Blanke y Sebastian Dieguez: el tipo uno, que está asociado con el hemisferio izquierdo del cerebro, presenta una sensación alterada de tiempo e impresiones de volar. El tipo dos, que involucra el hemisferio derecho, se caracteriza por ver o comunicarse con espíritus, y escuchar voces, sonidos y música.

Según algunos expertos, aceptar nuestra propia mortalidad podría ser beneficioso porque nos ayudaría a disfrutar cada momento La cuestión es, ¿la vida eterna es realmente algo bueno? Según algunos expertos, aceptar nuestra propia mortalidad podría ser beneficioso porque nos ayudaría a disfrutar cada momento y también a motivarnos e intentar mejorar las cosas. Para algunos teólogos, el amor solo tiene sentido si existe la muerte, puesto que nos ayuda a entender lo efímero y a como tenemos que cuidarnos porque no siempre estaremos ahí. Quizá la verdadera belleza del viaje, al fin y al cabo, es que tiene un final.

Las cinco etapas de la muerte

El doctor Thomas Fleischmann, médico de urgencias durante más de 35 años, realizó un estudio más profundo en su larga trayectoria, en la que fue acompañante de la muerte de más de dos mil personas. Con su experiencia, formuló la teoría de las cinco etapas que, según sus declaraciones, confirmó con todos estos casos en los que fue testigo.

En una charla TEDx que brindó en 2014 en Hamburgo, desarrolló su hipótesis. Para él, la primera fase consiste en un cambio repentino, en el que el humano, de un momento a otro, deja de sufrir y desaparece todo el dolor. “El miedo se ha ido, todos los ruidos se han ido, y solo hay paz, calma y tranquilidad. Algunos incluso reportan alegría”, cuenta.

El segundo paso involucra una “experiencia fuera del cuerpo”, según sus palabras, donde la gente “asegura que están volando por encima de sí mismas y, en muchas ocasiones, se ven ellas mismas acostadas en la camilla”.

Luego, explica: “En la tercera etapa el 98-99% de las personas se sienten cómodos y en paz, aunque el 2% puede vivenciar situaciones, ruidos, olores y criaturas terribles”.

Luego, en el cuarto paso de la muerte, Fleischmann comenta que sus testigos hablaron de que una luz empieza a brillar en medio de una oscuridad total. Según las descripciones que recopiló, esa luz es “cálida y muy atractiva”.

Finalmente, en la quinta y última etapa, los sobrevivientes que pudieron dialogar con él durante su investigación, se refirieron a “un entorno hermoso, con bellos colores y en muchos casos oyen música y presencian un sentimiento de amor incondicional”.

Teoría del Déjà vu: más allá de la ciencia, lo que aplauden en redes

Otra de las teorías que más adeptos generó es la formulada por Brandon Monhollen. A diferencia de las anteriores, esta hipótesis no se sustenta con una investigación científica, sino que se inclina más por el plano imaginativo. A través de un video viral de TikTok que recorrió el mundo en 2021, el joven se ganó el apoyo de millones.

“¿Qué pasa si cuando morimos, la luz al final del túnel es la luz de otro hospital? Allí nacemos y la única razón por la que sales llorando es porque recuerdas tu vida y todo lo que pasaste y sabemos que al morir perdemos todo”, comienza en su video.

De esta manera, más allá de intentar explicar qué ocurre luego de la partida física, también se adentró en el misterio del déjà vu: “A medida que uno crece empieza a olvidarse de lo que vivió para enfocarse en su presente. Entonces, al morir, los parches de memoria quedan atrás y ese momento causa un déjà vu”.

Fuente: Diario El Confidencial España 

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