Uno de los mayores mitos y temas de discusión que se aborda en torno a las apuestas online, es el de si es posible vivir de ellas. A pesar de la gran cantidad de casas de apuestas, listadas en Legalbet.es, y de los pronósticos deportivos de los expertos, pocos consiguen ganar dinero con las apuestas. Intentaremos descubrir por qué la profesión del apostador de oficio no es la mejor opción para actividades profesionales.
Las apuestas son un servicio
Esta es la primera realidad que impera sobre este tema. Las plataformas de apuestas son un servicio destinado para que las personas pongan a prueba su suerte y sus capacidades para predecir resultados deportivos. Aunque pueda parecer que se trata de un duelo entre la casa y el jugador, la realidad es que las ventajas siempre juegan a favor de la casa.
Veámoslo desde otro punto de vista, si los jugadores siempre ganasen frente a un sitio de apuestas, este se iría a la bancarrota. Sobre todo, porque las apuestas suelen hacerse sobre combinadas, las cuales ofrecen una enorme ventaja sobre la cantidad apostada. Este riesgo es cubierto, porque la gran mayoría de las personas pierden dinero. Lo que demuestra que no cualquiera puede ser lo suficientemente eficaz como para ganar siempre y vivir de esas ganancias.
Las falsa ilusión detrás de las probabilidades de las cuotas
Analicemos un escenario donde un club de fútbol dominante como el Bayern Múnich se enfrenta a un modesto club recién ascendido a la Bundesliga. Lo más seguro, es que este partido tenga una cuota baja que oscila por 1.20, lo cual nos puede parecer seguro. Si combinamos dicha cuota con otras 3 cuotas iguales, obtendremos una cuota de aproximadamente 1.75, lo cual sería más atractivo.
Por otro lado, si bien se trata de una cuota que parece ser segura, en términos de probabilidad, existen hasta 27 posibles combinaciones de resultados posibles. Para ganarla, deberá ocurrir un único posible resultado de esos 27, donde los 3 clubes ganen su partido.
Al combinar dicha cantidad de escenarios con el valor de cada cuota, tenemos una probabilidad de alrededor del 57%. ¿A que ya no parece tan seguro? De hecho, esa probabilidad es menor, ya que existe una proyección de la casa sobre la cuota, la cual consta de reducir la cuota (haciéndola ver más segura) para cobrar una comisión a los ganadores.
La imprevisibilidad en el deporte siempre acaba ganando
La imprevisibilidad del deporte es posiblemente el problema que más influye sobre los apostadores que buscan vivir de las apuestas. Por más seguro que parezca un resultado, ocurren sorpresas todos los días.
Cuando hablamos de ser apostador profesional, hablamos de un oficio que se debe ocupar a diario, como cualquier otro trabajo. Esto quiere decir que el volumen y tráfico de las apuestas es mayor, lo que aumenta considerablemente la posibilidad de obtener derrotas. Una derrota mal ubicada podría acabar con tu bank rápidamente, por lo que la gestión de la banca es primordial.
El problema recurrente frente al manejo del bankroll en las apuestas, se basa en su robustez. Para poder obtener ganancias, hay que tener un bank robusto que pueda soportar muchas derrotas y transformar las victorias en un balance positivo, y sobre todo, atractivo.
Problemas con el hábito del juego
Este es también otro gran problema de las apuestas como modelo de profesión. Apostar como forma de trabajo lleva al jugador a un problema de hábito de juego, lo que reduce muchísimo su capacidad de tomar buenas decisiones, sobre todo cuando llegan grandes pérdidas. En otras palabras, los buenos apostadores dejan de serlo cuando empiezan a apostar compulsivamente.
Los sesgos de un apostador con problemas de ludopatía se transforman en derrotas constantes. Esto no solo lleva a un desastre en la gestión de la banca, sino también a un problema financiero y clínico. Por lo tanto, podemos concluir que nunca resulta viable apostar como forma de trabajo.