Los científicos lograron echar un vistazo por primera vez a una muestra recogida del asteroide Bennu, cercano a la Tierra, y se encontraron con mucho más de lo que esperaban.
El 26 de septiembre, cuando abrieron el recipiente que contenía la muestra, los investigadores descubrieron abundante material oscuro de grano fino en el interior de la tapa del recipiente y en la base que rodeaba el mecanismo utilizado para recoger las rocas y el suelo extraterrestres. Estos restos inesperados podrían revelar información clave sobre el asteroide antes de que se analice la muestra primaria.
El histórico aterrizaje de la muestra en el desierto de Utah, el 24 de septiembre, supuso la culminación de la misión Osiris-Rex de la NASA, de siete años de duración, que viajó hasta Bennu, a unos 320 millones de kilómetros de la Tierra, aterrizó en el asteroide y regresó a la Tierra para dejar la muestra (la distancia total del viaje: unos 3.860 millones de kilómetros).
El equipo de la misión se llevó el recipiente al día siguiente de su llegada al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, que cuenta con una sala blanca construida específicamente para el análisis minucioso de la muestra cósmica.
Lo que podría revelar la muestra de Bennu
Los asteroides son vestigios de la formación del Sistema Solar y permiten comprender cómo fueron aquellos primeros y caóticos días en los que los planetas se formaron y se asentaron en su lugar. Pero los asteroides cercanos a la Tierra también suponen una amenaza para nuestro planeta, por lo que comprender su composición y órbitas es clave para descubrir las mejores formas de desviar las rocas espaciales en curso de colisión con la Tierra.
Cuando Osiris-Rex utilizó brevemente su cabezal TAGSAM (Touch-and-Go Sample Acquisition Mechanism) para perturbar la superficie de Bennu y recoger una muestra en octubre de 2020, tomó tanto material que se podían ver partículas alejándose lentamente hacia el espacio antes de que el cabezal se guardara en el contenedor.
Esto llevó a los científicos a pensar que podrían hacer un análisis rápido de cualquier material que descubrieran al abrir el recipiente, y hay mucho antes incluso de llegar al grueso de la muestra, situado dentro del cabezal del mecanismo, lo que significa que los científicos tendrán que tomarse su tiempo para recoger todo el material.
"El mejor 'problema' que podemos tener es que hay tanto material que tardaremos más de lo que esperábamos en recogerlo", dijo Christopher Snead, jefe adjunto de conservación de Osiris-Rex, en un comunicado.
"Hay mucho material abundante fuera del cabezal de TAGSAM que es interesante por sí mismo. Es realmente espectacular tener todo ese material ahí".
La muestra real del asteroide no se develará hasta el 11 de octubre en una transmisión en vivo de la NASA. El cabezal de TAGSAM se trasladará a una nueva guantera especializada para su cuidadoso desmontaje, desvelando la muestra en su interior.
Mientras tanto, se está llevando a cabo el análisis rápido de una muestra tomada del exterior del cabezal de TAGSAM, que podría ofrecer los primeros resultados del material recogido en Bennu.
"Disponemos de todas las técnicas microanalíticas que podemos utilizar para desmenuzar la muestra, casi hasta la escala atómica", declaró Lindsay Keller, miembro del equipo de análisis de muestras de Osiris-Rex.
El equipo utilizará microscopios electrónicos de barrido, rayos X e infrarrojos para realizar un primer examen del material recogido en Bennu.
Juntos, los instrumentos proporcionarán a los científicos una comprensión de la composición química de la muestra, detectarán cualquier mineral hidratado o partícula orgánica y revelarán la abundancia de tipos específicos de minerales presentes en el asteroide.
"Contamos con personas, instrumentos e instalaciones de primera categoría que van a analizar estas muestras", afirmó Keller.
El análisis inicial ayudará a los investigadores a hacerse una mejor idea de lo que cabe esperar de la muestra a granel recogida de Bennu.
Los científicos creen que asteroides como Bennu podrían haber aportado a la Tierra elementos necesarios, como el agua, en los inicios de la formación de nuestro planeta, y el estudio de la muestra prístina podría responder a preguntas persistentes sobre los orígenes de nuestro sistema solar.
Mientras tanto, la nave espacial que entregó la muestra, ahora llamada Osiris-Apex, está en camino para estudiar al asteroide cercano a la Tierra Apofis, que se acercará lo suficiente a nuestro planeta en 2029 como para ser visto a simple vista.