La NASA lanzó una nueva advertencia sobre la ola de calor que se está presentando en diferentes zonas del mundo.
La entidad aseguró que este fenómeno seguirá presentándose en lo corrido del 2024 a menos que se disminuya la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
En el marco de una conferencia de prensa, Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la Nasa, indicó que con el paso de las últimas décadas se ha registrado un constante incremento en la temperatura de nuestro planeta. Agregado a ello, aseguró que julio de 2023 se ha posicionado como el más caluroso en todos los registros que posee la agencia.
De acuerdo con Schmidt, las olas de calor se seguirán sintiendo en varias áreas del mundo durante el 2024, porque no se interrumpirá la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El experto precisó que hasta que esta situación no cambie será imposible evitar que las temperaturas continúen aumentando.
En ese sentido, Gavin Schmidt, destacó que aún está en manos de la humanidad el poder controlar esta situación.
Habrá nuevas olas de calor extremo en los próximos años
Por otra parte, Schmidt precisó que el fenómeno del Niño no sería el único factor que incide en la aparición de olas de calor cada vez más intensas. Esto se debe a que se ha registrado un calor generalizado casi todos los océanos y en otras áreas, incluyendo las que están fuera de los trópicos, han presentado temperaturas sumamente y por ello se cree que esta situación no se detendrá.
El director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la Nasa comentó que ya hay datos que permiten establecer que el 2023 sería el año más caluroso hasta la fecha, pero exista una probabilidad del 80 % de que el 2024 sea aún más caluroso.
A su turno, Carlos Del Castillo, el jefe del Laboratorio de Ecología Oceánica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, indicó que las olas de calor también se extienden a los océanos, situación que podría desencadenar otros fenómenos meteorológicos extremos como lluvias torrenciales en ciertas zonas del mundo.
Vale la pena precisar que la Nasa ha desarrollado estas estimaciones con base al análisis de la información que ha sido recaudada a través de 25 satélites en órbita, que son capaces de captura sobre el cambio climático en tiempo real.
Los océanos están cambiando de color por el calor
El color del océano ha cambiado significativamente en los últimos 20 años y la tendencia global es, probablemente, una consecuencia del cambio climático inducido por el hombre.
El equipo, integrado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido y de otros centros investigadores, afirma haber detectado cambios en el color de los océanos durante las dos últimas décadas que no pueden explicarse únicamente por la variabilidad natural interanual.
Estos cambios de color, aunque sutiles para el ojo humano, se han producido en el 56 % de los océanos del mundo, una extensión mayor que la superficie terrestre total de la Tierra, revela el estudio publicado en la revista Nature.
En concreto, descubrieron que las regiones oceánicas tropicales cercanas al ecuador se han vuelto cada vez más verdes con el paso del tiempo. El cambio de color de los océanos indica que los ecosistemas de la superficie oceánica también deben estar cambiando, ya que el color del océano es un reflejo literal de los organismos y materiales de sus aguas.
Por el momento, los investigadores no pueden decir exactamente cómo están cambiando los ecosistemas marinos para reflejar el cambio de color. Sin embargo, de una cosa están seguros: el cambio climático inducido por el hombre es probablemente el causante.
“Llevo años realizando simulaciones que me indican que se van a producir estos cambios en el color del océano”, explica Stephanie Dutkiewicz, coautora del estudio e investigadora principal del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT y del Centro para la Ciencia del Cambio Global.
“Ver qué ocurre de verdad no es sorprendente, sino aterrador. Y estos cambios son coherentes con los cambios inducidos por el hombre en nuestro clima”, afirma.
Fuente: Revista Semana