La retención de líquidos se produce cuando los tejidos del cuerpo provocan una hinchazón que luego puede causar dolor y otros problemas.
Puede ser generalizada o localizada y suele generar ciertos síntomas que pueden ayudar a detectarla y luego tratarla.
La retención de líquidos suele estar relacionada con ciertas enfermedades como la artritis, la cirrosis hepática, el enfisema, la insuficiencia renal, las intolerancias alimentarias, el hipotiroidismo, las reacciones alérgicas, la insuficiencia cardiaca o el síndrome premenstrual pueden provocar retención de líquidos.
Además de ciertas enfermedades, la retención de líquidos puede estar provocada por otras situaciones como el calor excesivo, el ciclo menstrual, las carencias nutricionales, la toma de la píldora anticonceptiva, el embarazo, la insuficiencia venosa crónica y el uso de ciertos medicamentos (como los que regulan la tensión arterial).
Quienes sufren retención de líquidos pueden experimentar algunos de estos síntomas: sensación de pesadez e hinchazón en las piernas, hinchazón abdominal, fatiga, hormigueo y dolor en las extremidades.
Antes de acudir al médico y a las investigaciones para averiguar la causa y determinar el tratamiento, puedes averiguar si sufres retención de líquidos realizando una sencilla prueba. Coloque el pulgar firmemente sobre la parte delantera del muslo y presione con cierta fuerza. Si, tras la presión, la impresión permanece durante varios segundos, es probable que sufra retención de líquidos.