El sudor es una respuesta esencial del organismo para regular su temperatura, pero ¿cómo afectan los tatuajes a esta respuesta?
Un reciente estudio publicado en la revista Journal of Applied Physiology ha demostrado que los tatuajes empeoran la sudoración.
Los investigadores analizaron la piel de 10 participantes tatuados en condiciones de temperatura normales (con un traje perfundido con agua a 34º) y a altas temperaturas (aumento de la temperatura intestinal de 1ºC tras subir la temperatura del agua a 48º), y compararon el ratio de sudoración en zonas tatuadas y no tatuadas.
Los resultados mostraron que el umbral de sudoración (es decir, el tiempo que pasaba hasta que se comenzaba a producir sudor) no se veía afectado por los tatuajes, lo que muestra que la señalización neural que regula la sudoración no se ve afectada. Sin embargo, el ratio de sudoración se vio disminuido en un 14% de media.
Estos resultados, además de curiosos, pueden tener especial relevancia en personas con tatuajes que cubren grandes superficies corporales.
Un empeoramiento de la sudoración se traducirá en una peor capacidad para disipar calor, con las consiguientes consecuencias para el rendimiento deportivo y aumento potencial del riesgo de otras situaciones más peligrosas como los golpes de calor.
Aunque son necesarias más investigaciones al respecto, estos resultados llaman a la precaución ante la tendencia actual en gran parte de los deportistas a tatuarse muchas zonas de su cuerpo.
Colaboración de Jorge Lobo