El brócoli (o brécol) cada vez está más presente en la dieta de los españoles. El consumo per cápita es de un kilo y medio al año; mucho les parecerá a algunos, pero está lejos de los 7 kilos per cápita de Estados Unidos, según los datos que maneja la asociación +Brócoli. Lo cierto es que la ciencia no para de arrojar datos sobre el impacto positivo para la salud humana del consumo de estas crucíferas, y concretamente sobre algunas de las enfermedades más frecuentes, como las cardiacas, ciertos tipos de cáncer (mama, próstata, riñón o colorrectal) o la diabetes.
Ahora bien, para extraer el beneficio de los 'arbolitos' se tienen que dar varias condiciones. Una de ellas está directamente relacionada con la genética y con la tendencia actual de la medicina personalizada, y así apunta un trabajo que se conoció ayer que concluye que el beneficio del brócoli sobre la salud renal está ligado a una determinada mutación genética (GSTM1).
Concretamente, los autores encontraron que tener una variante del gen de una enzima encargada de eliminar las toxinas del organismo (la Glutation-S-Transferasa o GST) aumenta la biodisponibilidad de los compuestos protectores de las crucíferas en la enfermedad renal. "Se han probado formulaciones con polvo de brócoli, pero la biodisponibilidad es menor"
Los investigadores, de la Universidad de Rochester, examinaron la información de un gran estudio clínico y encontraron que el alto consumo de brócoli y otras verduras crucíferas se relaciona con menor riesgo de insuficiencia renal en los sujetos que tenían esa variante GSTM1. "Nuestro estudio destaca las interacciones dieta-genes en la enfermedad renal e ilustra que la genética influye en la respuesta al efecto de la dieta que modifica la enfermedad", explica el profesor Thu H.
El, director de Nefrología de la Universidad de Rochester. En el contexto de la medicina personalizada y de precisión, en el que las pautas se establecen en función de la genética de cada individuo, esta investigación pone de manifiesto, defiende Le, que "conocer la información genética de un individuo permite adaptar una intervención para prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad renal entre quienes responderían en función de su composición genética".