Este lunes falleció Edgar Barrantes Caggiano, reconocido odontólogo y en su momento dirigente de la Liga Deportiva Alajuelense.
Don Edgar, de 76 años de edad, murió de un infarto. Vivía en Alajuela.
En la época en que Longino Soto (QEPD) fue presidente de Alajuelense, a principios de los 90, Barrantes fue parte de la directiva. Además de ser muy aficionado al conjunto manudo fue un amante de los caballos.
El ex presentador del programa 7 Estrellas y tambien odontólogo, Edgar Barrantes, es hijo de don Caggiano.
En Al Pie del Deporte y www.everardoherrera.com nos unimos al dolor de familiares y amigos de don Edgar.
Dr Edgar Barrantes Caggiano
Me gustaba su agradable conversación . Muchas ocasiones compartimos y hablamos ampliamente de todo . Hombre noble y entretenido al que le tuve cariño .
Fue abierto conmigo y me dio valiosos consejos cuando me iniciaba en el periodismo deportivo en los ochenta , principalmente alentándome a ser emprendedor y tener mi propio programa de radio como lo hice con Al pie del deporte hace 31 años y cuando empecé en 1986 el espacio de fútbol mundial : El Mundo del Balón .
Fui testigo por su pasión con La Liga , este odontólogo entregado a su trabajo e incluso fui su paciente , lo vi compartir con gran alegria a la par del recordado Dr Longino Soto , el laureado cirujano del corazón que fue presidente de Alajuelense .
Él lo respetaba y admiraba . Me los encontraba de camino por mi querido San Rafael de Alajuela y me gustaba como Edgar nos decía: San Rafael de Ojo de Agua , como nos conocíamos antes .
Edgar era buen anfitrión y recuerdo sus otros emprendimientos con una repuestera en Alajuela y su restaurante El Cerdo Dorado en Tacacori de Alajuela .
Los días en que fuimos a hacer programas de radio a la quinta que le puso Horjos (Hortencia y Jose , sus queridos padres ) .
Mi mente está encendida con sus buenos recuerdos y los de su hermano Gerardo que también ya descansa en paz . Otro buen y noble manudo con su legendario Land Rover .
A sus familiares los aliento por la partida hoy de Edgar , pero les deja la alegría que les contagió por su presencia de este gran amante también de los caballos .
Escrito por Everardo Herrera Soto