El próximo mes se cumplirá un año desde que el barco MV Golden Ray está encallado en la costa de Georgia con 4.200 vehículos nuevos de las firmas Kia y Hyunday que no pudieron retirarse de la embarcación.
En septiembre pasado el buque navegaba con destino al puerto de Maryland y en el trayecto se produjo un incendio que provocó un movimiento inesperado y el barco quedó volcado hacia un costado sin posibilidades de continuar su ruta.
Los primeros intentos de rescate no tuvieron éxito y la situación empeoró con la llegada de la pandemia, ya que miembros del cuerpo de rescate dieron positivo en sus test de coronavirus, por lo que la operación debió postergarse.
Si bien no se pueden contabilizar los daños reales del contenido del barco, se estima que las pérdidas ascienden a US$150 millones, de acuerdo a lo reclamado por la empresa Hyunday a su compañía aseguradora.
El accidente, por una parte, perjudicó directamente los compradores de los vehículos que esperaban el envío de sus flamantes adquisiciones. Por otro lado, los turistas que visitan las playas de Georgia también sufren la presencia de ese mastodonte de metal en paisaje.
Además, existe la preocupación certera por algún derrame de combustible debido a que todos los automóviles transportados tenían sus tanques cargados y es por ello que se realizan vigilancias para detectar pérdidas.
El MV Golden Ray tiene 200 metros de largo, pesa 71 toneladas y una capacidad para guardar más de 7000 vehículos. Sin embrago, tras el accidente no podrá ser reparado y se planifica un desguace en ocho etapas hasta su posterior reciclaje.