Lee Redmond era la mujer que poseía el récord Guinness de las uñas más largas del mundo en las manos hasta que se vio involucrada en un accidente donde las perdió.
Las uñas más largas de mundo medían un total de 8.65 metros y la señora no se las cortaba desde 1979. Para mantenerlas, las bañaba en aceite de oliva caliente todos los días y las pintaba con un esmalte fortificador para que estén en la mejor condición.
Sin embargo, Lee perdió su puesto en el libro de récords tras un terrible accidente automóvilístico. Ella estaba sentada en el asiento del acompañante cuando el auto chocó contra otros tres vehículos y ella salió disparada volando hacia la calle.
“Lo primero que vi fue una uña y empecé a llorar”, expresó la mujer en diálogo con el medio británico The Mirror. La pérdida fue devastadora para Redmond, ya que las consideraba como partes muy importantes de su definición como persona.
Una de las testigos la ayudó a recolectar las piezas de lo que habían sido las uñas más largas del mundo y actualmente estas se encuentran en una bolsa de plástico en la casa de la señora, quien las conserva para recordar su tiempo en el libro Guiness.
“Era algo que tenía que aceptar porque no podía cambiar nada. Pero lo que más me molestó es que se convierte en tu identidad. Sentí que perdí una parte de eso”, continuó la mujer en su relato.
Y si bien ya no puede calificar para el récord actual, Lee ve su tiempo con las largas uñas con orgullo, incluso aunque gracias a esta condición tenía graves dificultades para hacer tareas prácticas de su vida cotidiana.
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