La hipertensión juega un papel muy importante en la salud cardíaca. ¿Cuál es su relación? Así lo explica un artículo publicado en el Diario español El Confidencial.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa a la cardiopatía isquémica (infarto de miocardio y angina de pecho) como la primera causa de muerte en el mundo. El año pasado fallecieron más de nueve millones de personas a nivel global por esta enfermedad.
Un nuevo estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades estadounidense ha desvelado que el 80% de los accidentes cardiovasculares tienen presión arterial alta. Y no solo eso, sino que también está relacionada con los derrames cerebrales, ya que el cerebro no deja de ser un órgano que, como el resto, necesita del riego sanguíneo para funcionar correctamente.
Según Icilma Fergus, cardióloga del Centro Médico Mount Sinai, los vasos sanguíneos se engrosan por la rapidez y la fuerza con la que fluye la sangre a través de ellos en episodios de hipertensión. "Con el tiempo, esto puede hacer que las arterias y vasos capilares se vuelvan rígidos, o que hace que el corazón tenga que trabajar por partida doble para continuar bombeando la sangre", señala en 'Business Insider'. Así, si tienes problemas con la presión arterial alta, te podrías enfrentar a diversos problemas de salud.
Uno de ellos es la enfermedad de la arteria coronaria, que se produce cuando los vasos sanguíneos comienzan a facilitar la acumulación de placa en las paredes de las arterias. Este fenómeno es el que puede conducir a una insuficiencia cardíaca. Del mismo modo, esta condición de los vasos pueden llevar a un ataque al corazón. Al acumularse la placa, es muy probable que se forme un coágulo de sangre, lo que bloqueará el flujo al corazón evitando que obtenga el oxígeno y los nutrientes que necesita.
La American Heart Association, una de las academias clínicas más importantes del mundo, bautiza a la presión arterial alta como "asesino silencioso", ya que es muy difícil de detectar. Y en muchos casos aunque creas que la tienes, el malestar físico puede deberse a otras razones como la ansiedad. "A menos que no dispongas de atención médica regular y acudas a chequeos, es posible que no sepas que tienes hipertensión hasta que, por desgracia, te lleves un susto"; asegura Usban Baber, de la Facultad de Medicina del Mount Sinai, en el diario norteamericano.
Existen grupos de riesgo que deben poner especial atención a esta condición clínica. Si tienes más de 50 años o superas los 60 deberías ponerte al día y revisar regularmente el estado de tus venas y arterias. Y en ese caso, lo mejor que puedes hacer es tratarla sin demora. Una investigación de la revista médica 'Circulation' descubrió que si reduces la presión arterial alta un 10%, gracias a una alimentación adecuada, se reduce el riesgo de mortalidad entre un 50 y un 60 %. A continuación, una serie de consejos para que te pongas manos a la obra y trabajes por tu salud.
Una dieta saludable
Lo más importante es limitar la cantidad de sodio (sal) que consumes a diario. De igual forma, también debes incrementar el potasio, presente en frutas como los plátanos. Y, sobre todo, evitar los alimentos grasos, así como ingerir muchas frutas, verduras y fibra. Una de las dietas más eficaces para combatir la presión arterial alta es la conocida como DASH, basada en cereales integrales, legumbres, lácteos desnatados, carnes magras, pescado, aves y, sobre todo, baja en sal.
Haz ejercicio
El ejercicio no solo mantiene a raya la hipertensión, también te ayuda a mantener un peso bajo. No hace falta que te mates en el gimnasio. Si eres mayor y ya no puedes hacer muchos esfuerzos basta con que salgas a caminar a ritmo rápido todos los días, por lo menos media hora. Una de las ventajas es que no cuesta dinero y que, en tu recorrido, bien puedes hacer vida social y compartir el camino con amigos, lo que hará el trayecto más llevadero.
Nada de alcohol ni cigarrillos
Beber nunca es bueno para la salud y si aún así consumes, lo mejor será que lo hagas con moderación ya que está detrás de enfermedades graves que afectan al cerebro, los huesos o el sistema digestivo. La razón por la que es tan malo para combatir la hipertensión es que contiene muchas calorías vacías, lo que puede provocar un aumento de peso. Por otro lado, fumar eleva tu presión arterial, poniéndote en riesgo de sufrir un infarto. Si todavía presumes de no haberte llevado un cigarro a la boca, ni lo intentes. Si tienes la mala suerte de ser adicto, busca maneras de dejarlo. Tu cuerpo, y no solo tu corazón, te lo agradecerá.
Fuente: Diario El País España