El aguacate está de moda y las exportaciones del producto han crecido exponencialmente en los últimos años. Una buena noticia para los principales productores, entre los que están México o Perú, pero paradójicamente también un motivo de preocupación.
Y es que en el país norteamericano el lucrativo negocio y los importantes beneficios que garantiza esta fruta han hecho que los todopoderosos cárteles de la droga fijen su atención en ella.
Tal y como cuenta The Guardian, el control del denominado ‘oro verde’ puede suponer un grave conflicto y los aguacates pueden convertirse en los nuevos diamantes de sangre de Angola o Sierra Leona o los minerales de República Democrática del Congo.
Esta teoría es la que apunta la consultora especializada en análisis de riesgos Verisk Maplecroft, que señala los tres peligros fundamentales del aguacate: la implicación creciente de los cárteles en su comercio; la violencia que producen; y el uso del trabajo forzado e infantil en su producción.
También resalta el incremento de la deforestación como consecuencia de la ampliación de los terrenos de cultivo o cómo la actividad de estos grupos organizados ha afectado al medio ambiente. El negocio es tan importante que los cárteles no han dudado en meterse de lleno.
No es para menos porque actualmente México es el mayor productor mundial del aguacate en todo el mundo (43% del total). Solo en el estado de Michoacán, en el que los cárteles de la droga tienen muchísima presencia, las exportaciones del alimento ascienden a unos 2.400 millones de dólares anuales.
Tradicionalmente los cárteles controlan vastas regiones de territorio, que han sido arrebatadas tanto a campesinos como a la masa forestal protegida y lo que hacen en estos terrenos es explotar cualquier recurso disponible, no solo las drogas.
La persecución gubernamental a los estupefacientes ha hecho que estos traficantes diversifiquen sus ingresos y el aguacate, que actualmente está en sus precios más altos, es una garantía de éxito.
12 salarios mínimos
Pero no solo los cárteles sacan beneficio de esta situación. También la industria, que observa con satisfacción los sueldos altos que obtienen los trabajadores. Y es que se llega a cobrar 12 veces el salario mínimo mexicano, una situación bastante anómala en cualquier empleo del campo. Además miles de familias viven de su comercio. Desafortunadamente la presencia de estos grupos violentos está teniendo impacto porque obligan a algunas personas a trabajar de manera forzada.
De hecho, en la zona productora del aguacate funcionan actualmente hasta 12 grupos criminales, todos ellos intentando sacar tajada del fructífero negocio. No sorprende por tanto que desde el cultivo al transporte, la violencia y la corrupción impregnen la cadena del aguacate, tal y como señala Verisk Maplecroft.
La consultora alerta que los proveedores y agricultores del producto en Michoacán tienen cada vez más riesgo de verse vinculados con “asesinatos, esclavitud, trabajo infantil y degradación ambiental”. Nuevos tiempos para un alimento que triunfa no solo en las cocinas occidentales, sino que también se ha empezado a hacer hueco en el mercado chino.
Fuente: Yahoo Noticias