La presencia del VAR ha bajado drásticamente en la Copa del Mundo. Se utilizó mucho en la fase de grupos pero luego vino a menos. Habrá que esperar si entre la final entre Croacia y Francia es necesario utilizarlo.
Lo cierto es que desde octavos de final del campeonato, el fútbol, en cuanto a decisiones arbitrales se refiere, ha vuelto a la antigua usanza. En unos pocos partidos, el sistema de videoarbitraje se había convertido en un elemento más durante los 90 minutos, pero cuando ha llegado el momento de la verdad únicamente ha sido utilizado en una ocasión.
Fue en los cuartos de final entre Brasil y Bélgica cuando en la segunda parte el central europeo Vicent Kompany contactó con Gabriel Jesús en el interior del área. El resultado era favorable a los belgas por 0-2 y tras las dudas del colegiado del encuentro, el serbio Mazic, el VAR decretó que no hubo pena máxima. Los de Martínez accedieron a semifinales.
En ese mismo encuentro, Neymar reclamó hasta en dos ocasiones un contacto en la zona de castigo pero el trencilla ni siquiera requirió de la tecnología para juzgar que no había falta. Una decisión que contrasta con los 48 partidos de la primera fase, cuando la ayuda de las cámaras se hizo más necesaria con hasta 16 intervenciones decisivas.
Según datos de la FIFA, el sistema de videoarbitraje ha intervenido en 19 ocasiones y únicamente en tres ha descartado la señalización de penalti. En total, las cámaras han revisado 445 jugadas, sin necesidad de informar al árbitro principal, y en el 99,32 de las veces ha sido con acierto por el 95, 73 de éxito sin la utilización de la tecnología, tal y como concluyen las cifras del máximo organismo del fútbol hasta la fecha.
No existe una razón comprobada para este cambio en la estadística entre eliminatorias y fase de grupos, aunque pueden haber influido muchos factores. Viendo como la tecnología se mostraba implacable ante el infractor, quizá los jugadores hayan aprendido la lección y hayan evitado más el contacto, sobre todo en las eliminatorias cuando un penalti o una expulsión resultan determinantes para la continuidad en el torneo.
También puede que la respuesta esté en el estamento arbitral. Ante la masiva participación del VAR en los encuentros, puede que en las eliminatorias haya primado la visión del colegiado principal en las jugadas más interpretables. En la fase de grupos, un agarrón en un córner era motivo para que desde la sala del VAR se tomaran medidas. Algo que no ha ocurrido desde octavos pese a la existencia de algunas jugadas similares, ya sea por omisión del colegiado o por la inexistencia de un aviso de la tecnología.
“Nunca volveremos a ver un gol en fuera de juego. Son decisiones que no volverán. No escribiremos sobre eso. Hay decisiones que no son interpretables (...) El fútbol es un deporte de contacto, por lo que no cada contacto es falta y eso supone que el árbitro tiene que interpretar”, resumió el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, sobre el VAR aun día de la final.
Quizá la respuesta entre eliminatorias y los primeros encuentros se deba únicamente a una cuestión de cantidad entre los 48 partidos de la fase de grupos.
Fuente: Diario La Vanguardia