Lo guardó durante más de siete años, pero finalmente Horacio Elizondo no aguantó más y un día confesó todo lo que vivió en los instantes previos a una decisión que marcó para siempre su carrera como árbitro internacional: la tarde del 9 de julio de 2006, cuando expulsó al francés Zinedine Zidane durante la final del Mundial de Alemania.
"Yo seguía la acción y la pelota. Estaba a unos 40 metros de la jugada, cuando por el intercomunicador me avisan que algo pasó. Giro y lo veo a (Marco) Materazzi en el suelo. Entonces, escucho al cuarto árbitro (el español Luis Medina Cantalejo), que me dice: '¡Tremendo cabezazo del 10 de los blancos al 23 de los azules! ¡Tremendo cabezazo del 10 de los blancos al 23 de los azules!", contó el exárbitro argentino en octubre de 2013, durante una charla organizada por la Universidad Católica Argentina.
La confesión sorprendió a los asistentes, entre los que se encontraba, en condición de egresado de ese curso, un protagonista directo de esa jugada: David Trezeguet, quien en suelo germano tuvo la mala fortuna de malograr un penal en la serie que definió esa final y que coronó a Italia.
Elizondo, entonces, agregó más detalles: "Ante esa situación, y como yo no había visto absolutamente nada, les pregunto por el intercomunicador a mis asistentes (Darío García y Rodolfo Otero), quienes me dicen que ellos tampoco habían visto nada. Yo intuía que algo había pasado porque Materazzi se revolcaba de dolor, Zidane se hacía el distraído, alejado de la zona, y los jugadores italianos estaban como locos. El más nervioso era (Gianluigi) Buffon, que lo miraba a García, que era el línea que estaba más cerca de la jugada, como recriminándole que no podía ser que no haya visto nada. Yo ya tenía tomada la decisión de expulsar a Zidane, pero actué. Exageré mis gestos, dejé que pasara el tiempo (entre que detuvo la acción y expulsó a Zidane pasaron 90 segundos) e improvisé, como para que a los ojos de los asistentes y los millones de televidentes crean que yo lo expulso a instancias de mis asistentes. En medio del desconcierto, me acerco a Darío, aunque él ya me había dicho que no había visto nada, hago de cuenta que le pregunto algo y que él me responde, vuelvo y lo echo. Porque pensé que todos, los jugadores y la gente, iban a entender que primero lo consulté al asistente."
Lo que confesó en 2013 el ahora director de la Dirección de Arbitraje Nacional del fútbol argentino, primero ante unos pocos testigos y unos meses después en una entrevista con la revista británica The Blizzard, aclaró parte de un hecho inolvidable dentro de la gran historia de los mundiales. Porque según el reglamento de la FIFA , el cuarto árbitro no debería tener injerencia en ese tipo de decisiones, por lo que la expulsión de Zidane no debería haber sido válida desde lo estrictamente reglamentario, aún cuando fue una determinación justa.
Medina Cantalejo siempre se defendió de las acusaciones sobre una supuesta ayuda de la TV para avisarle a Elizondo del cabezazo de Zizou. Apenas terminó la final del Mundial 2006 declaró: "Yo no vi nada en televisión, vi todo allí mismo. Y lo que hice fue precisamente cumplir con la función del cuarto árbitro".
Hace unos días, en una entrevista con el diario argentino La Nación confesó que no volvió a ver aquel partido, Elizondo ponderó la existencia del VAR utilizando como ejemplo aquella acción: "Indudablemente hubiera sido muy distinto. Seguramente cuando hubiera vuelto desde el área hacia la mitad del campo, antes de reanudar el juego me hubieran dicho: 'Pará que estamos revisando algo qué pasó...'. Y me hubiesen dado la información."
