Es una de las ciudades más impresionantes que existen para quienes han tenido la fortuna de recorrerla, porque son pocas y contadas casi con los dedos de las manos las personas que han presenciado la belleza que es Shicheng de tú a tú.
Se cae a pedazos, pero ahí sigue, cada vez más corroída por los embistes del paso del tiempo, que la devora a marchas forzadas. Poco o nada se puede hacer por esta urbe olvidada por las autoridades y ahogada por la necesidad de proveer del preciado líquido a los habitantes del condado de Chun’an, en la provincia de Zheijang, China.
La historia de Shicheng se remonta a hace alrededor de 700 años. Sin embargo, se desconoce en qué momento exacto fue erigida la ahora conocida como la Atlantis del Este, en referencia a la mítica isla descrita por Platón en sus diálogos ‘Timeo y Critias’. Cuenta la leyenda que Atlantis desapareció “en un solo día y una noche terrible”, sin que el filosofo griego desvelara nunca los verdaderos motivos que llevaron a su aniquilación y posterior desvanecimiento bajo el mar. En el caso de Shicheng, fue la construcción de una planta hidroeléctrica y una presa lo que desembocó en su desaparición en el año 1959.
Cerca de 300.000 personas tuvieron que ser realojadas en poblaciones aledañas como resultado de la puesta en marcha del proyecto. Familias enteras que durante generaciones habían habitado la ciudad, conservando su esplendor de antaño. Shicheng se localiza en las profundidades el famoso lago de Qiandao, una de las principales atracciones turísticas de la zona por las 1.078 islas que se elevan sobre su superficie. Un conjunto paisajístico de una belleza majestuosa. Pero el verdadero tesoro arqueológico no está a la vista de los curiosos, sino en las profundidades de esta masa de agua del todo artificial, a 40 metros bajo el suelo que pisan quienes se acercan al lugar.
Los expertos sitúan la construcción del tesoro chino que es Shicheng en algún punto de la historia entre las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1636-1644). Se cree que fue la ciudad más prominente de la provincia, por las grandes construcciones que la conforman, sus templos y las vías pavimentadas que se conservan. Tenía cinco puertas de entrada en sus algo más de medio kilómetro cuadrado de extensión. Estaba cercada por una imponente muralla construida allá por el siglo XVI. En las calles de la Shincheng submarina todavía se alzan 265 arcos de piedras talladas con figuras de dragones, fénix e inscripciones milenarias, cuyo origen se sitúa en el año 1777.