1- Jugo de naranja
En este punto, cabe diferenciar entre exprimir una naranja uno mismo en casa, y comprarlo envasado en el supermercado.
El mismísimo profesor de epidemiología genética en el King’s College de Londres Tim Spector asumió haber caído en la “trampa” de creer en las propiedades saludables de un vaso de jugo de naranja para el desayuno. Incluso aseguró que solía beberlo creyendo que era bueno para su salud.
“El jugo de naranja comprado en la tienda se clasifica como un alimento ultraprocesado y tiene tanta azúcar como una bebida gaseosa —señaló el autor de Food for Life—. El proceso de elaboración del jugo rompe la estructura original del alimento. En las bebidas, el azúcar se puede ocultar porque es difícil saborear el dulzor, pero pueden contener hasta diez cucharadas de azúcar”.