Por primera desde 1969, los Milwaukee Bucks llegan, desde este martes, a una final de la NBA contra el pronóstico de la mayoría, a pesar de su inconsistencia y sin la presencia de su principal estrella, Giannis Antetokounmpo, en los dos últimos partidos de la final de la Conferencia Este.
Aunque sobre el papel, desde el principio de la temporada los Bucks eran uno de los candidatos a llegar a la final, lo cierto es que el equipo de Milwaukee no estaba entre los favoritos de muchos expertos.
La llegada de Jrue Holiday a los Bucks al inicio de la temporada mejoró las perspectivas del equipo que sacrificó a Eric Bledsoe, George HIll, R.J. Hampton (primera ronda del "draft") y dos jugadores de futuras primeras rondas del sorteo para hacerse con el base.
Holiday llegaba no sólo para mejorar las opciones de los Bucks para hacerse con el campeonato sino también para convencer a su principal figura, el griego Giannis Antetokounmpo, a que mantuviese su apuesta por el equipo.
Y Antetokounmpo, que tenía la opción de convertirse en un agente libre al final de esta temporada, entendió el golpe de los Bucks y pocas semanas después de la llegada de Holiday firmó una extensión de su contrato de cinco años por 228 millones de dólares.
ARMADOS PARA EL CAMPEONATO
Con Holiday, Antetokounmpo y Khris Middleton como columna vertebral, los Bucks se armaron para un nuevo asalto al título de campeones de la NBA. Pero aún así no eran los favoritos.
Los Bucks terminaron la temporada regular en tercer lugar de la Conferencia Este, detrás de los Philadelphia 76ers de Joel Embid y del superequipo de la temporada, los Brooklyn Nets de Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden.
El equipo de Milwaukee se deshizo con facilidad de los Miami Heat en la primera ronda de los playoff. Los Heat, que el año pasado eliminaron a los Bucks en las semifinales de la Conferencia Este por 4-1, esta vez no pudieron ganar ni un sólo partido.
Tras el 4-0 ante los Heat, el verdadero desafío para los Bucks llegó en la segunda ronda cuando el equipo se enfrentó a los Nets. Para muchos, esa serie debería haber sido el final del viaje de los Bucks. Los de Brooklyn eran los grandes favoritos, gustasen o no, para hacerse con los anillos de campeones de esta temporada.
Sin embargo, los Nets no pudieron deshacerse de los Bucks. La semifinal de la Conferencia Este llegó al séptimo partido. Y el último partido llegó a la prórroga. Y sólo 4 puntos separaron a un equipo del otro (111-115). Antetokounmpo hizo 40 puntos y 13 rebotes en ese partido. Durant 48 puntos y 9 rebotes. Pero los Bucks se impusieron.
TRIUNFO SIN ANTETOKOUNMPO
Incluso después de superar al superequipo de la temporada y llegar a la final de la Conferencia Este, los Bucks seguían sin ser los claros favoritos. En la otra semifinal, los Atlanta Hawks de Trae Young derrotaron a los 76ers y se convirtieron en el "underdog" preferido para llegar a la final contra los Phoenix Suns.
Cuando los de Atlanta ganaron el primer partido de la final de la Conferencia Este y volvieron a derrotar a los de Milwaukee en el cuarto partido, con Young de baja por lesión, para igualar la serie 2-2, muchos creyeron confirmada su predicción de que los Bucks no podrían derrotar a los Hawks.
Paradójicamente, los Bucks superaron el desafío sin Giannis en la cancha. La hiperextensión de la rodilla izquierda condenó a la estrella griega al banquillo en los dos últimos partidos. Y cuando estaban más débiles, los de Milwaukee hicieron historia.
Y lo hicieron con contundencia. En los dos últimos partidos, los Bucks nunca estuvieron por detrás en el marcador y ganaron ambos encuentros con una diferencia final de 11 puntos. En el quinto partido la estrella fue el pívot Brook Lopez. En el sexto fue Middleton.
Así, de forma casi inesperada, los Bucks han llegado a su primera final del siglo XXI. Como señaló el entrenador de los Bucks, Mike Budenholzer, tras la victoria ante los Hawks, "cada equipo tiene un trayecto diferente. Y cada equipo tiene que pasar por diferentes problemas".