Anthony Joshua y Tyson Fury están a punto de llegar a un acuerdo para que se lleve a cabo una de las peleas más importantes en la historia reciente del boxeo. Desde que Floyd Mayweather se enfrentó a Manny Pacquiao hace seis años, no ha habido tanto clamor para que dos púgiles se enfrenten.
De acordar los términos para el enfrentamiento cada uno ganaría cerca de 140 millones de dólares. La pelea también pondría fin al debate sobre quién es el mejor peso pesado del mundo en la actualidad, aunque Fury sigue siendo el favorito de las casas de apuestas.
Hace doce meses, la imagen del título de peso pesado se veía muy diferente. Tyson Fury todavía estaba a una semana de su revancha con el entonces campeón Deontay Wilder en Las Vegas.
Fury había cambiado recientemente su equipo de entrenamiento, abandonando a Ben Davison, el hombre que había sacado a Fury del abismo después de sus tres años de bebida y depresión alimentada por las drogas.
En el evento, Fury cumplió su palabra cuando detuvo a Wilder en el séptimo asalto para convertirse en campeón mundial por segunda vez.
Y con dos británicos sosteniendo los cuatro cinturones, ya habían planes ambiciosos para que los dos colosos se enfrentaran. Pero en esa etapa, hubo una serie de obstáculos para que se organizara esta pelea de casi $300 millones de dólares. Fury no solo tendría que derrotar a Wilder por tercera vez, sino que probablemente tendría que enfrentarse al retador obligatorio Dillian Whyte y en el otro lado, Joshua se enfrentaba a sus propias defensas obligatorias consecutivas, primero contra Kubrat Pulev y luego contra Oleksandr Usyk.
Luego vino el coronavirus.
La pelea de Fury con Wilder se trasladó primero de julio a octubre y luego a diciembre antes de que el campeón se alejara del triple encuentro. Whyte, mientras tanto, fue eliminado por Alexander Povetkin, lo que puso en suspenso sus aspiraciones al título en el futuro previsible. Eso dejó a Fury libre de obligaciones y todos los ojos estaban puestos en Joshua, quien derrotó a Pulev en su noveno asalto dos semanas antes de Navidad.
Mientras esto se desarrollaba, el promotor Eddie Hearn sorprendió a todos al anunciar en junio que Joshua y Fury habían acordado una división 50/50 para cualquier pelea futura.
En la actualidad, solamente se está a la espera del anuncio formal de la pelea. Hearn confía en que los contratos se firmarán pronto. Hay una serie de pequeños aspectos pendientes por resolver, incluido quién camina primero hacia el ring y cual nombre aparece primero en el cartel.
No hay posibilidad de que la pelea se lleve a cabo en el Reino Unido, ese habría sido el escenario de no ser por la pandemia. El epicentro de este evento podría ser Arabia Saudita, el lugar en el que Anthony Joshua venció a Andy Ruiz Jr en 2019, aunque Singapur, China, Estados Unidos y los Emiratos de los Emiratos Árabes Unidos también han mostrado interés.
La pelea inicialmente se habría programado para mayo, pero ahora parece que se llevará a cabo en junio.
MÁS INFORMACIÓN
Padre de Neymar estalla contra entrenador del Caen: "Mi hijo llora porque hay técnicos como tú"
Fernando Alonso operado con éxito tras sufrir atropello en Suiza
Ortiz falló penal que le costó al Tolima perder final en la Copa de Colombia