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Un grupo de ex jugadores de rugby británicos diagnosticados con demencia de inicio temprano y otras deficiencias neurológicas irreversibles, como el excapitán de Gales Ryan Jones, y Steve Thompson, el hooker ganador de la Copa Mundial de Inglaterra en 2003, demandarán a la World Rugby y a las federaciones de sus países por considerar que no protegen a los rugbiers profesionales y amateurs contra los riesgos claros vinculados a las conmociones cerebrales.

Los demandantes, que poseen el apoyo del neozelandés Carl Hayman (ex jugador de los All Blacks, de 42 años, que sufre demencia precoz y una probable encefalopatía crónica), argumentan que los órganos rectores del rugby fueron “negligentes” al no tomar medidas razonables para proteger a los jugadores de lesiones causadas por golpes repetitivos. Los jugadores emitieron una carta de reclamo previa a esta acción a los mismos órganos en diciembre de 2020, pero no se llegó a un acuerdo.

Ryan Jones, antiguo capitán y tercera línea de Gales, reveló hace una semana -en una entrevista con el Sunday Times- que sufre una demencia precoz a sus 41 años, debida -probablemente- a la repetición de golpes en la cabeza a lo largo de su carrera. “Siento que mi mundo se está desmoronando. Tengo mucho miedo porque tengo tres hijos y tres hijastros y quiero ser un padre fantástico. Viví 15 años de mi vida como un superhéroe y no lo soy. No sé lo que depara el futuro”, lamentó Jones.

“No recuerdo haber ganado la Copa del Mundo” , fue, en tanto, la escalofriante declaración de Steve Thompson, en diciembre de 2020 en el diario The Guardian. “Es el rugby lo que me ha hecho pasar por esto”, afirmó en la misma nota el jugador que hasta fue elegido como uno de los tres mejores del Mundial de 2003 y que celebró la victoria en el Palacio de Buckingham.

Las distintas partes no llegaron a un acuerdo, por lo que ahora parece probable que el asunto termine en los tribunales. “Este reclamo no se trata solo de una compensación financiera; también se trata de hacer que el juego sea más seguro y garantizar que los jugadores actuales y anteriores se hagan pruebas para que, si sufren una lesión cerebral, puedan obtener la ayuda clínica que necesitan”, comunicaron los representantes del grupo de jugadores afectados.

Por el momento, ni la World Rugby ni tampoco la Rugby Football Union (la autoridad que regula la práctica del rugby masculino en Inglaterra) y la Welsh Rugby Union (federación galesa) hicieron comentarios sobre la flamante demanda que recibieron.

Los impactos de cabeza en el deporte y el vínculo con las enfermedades neurodegenerativa son un tema de debate muy vigente que, en el Reino Unido, va más allá del rugby. De hecho, en los últimos días se conoció que las autoridades del fútbol inglés estudian prohibir los cabezazos a la pelota en los partidos que jueguen chicos de 12 años o menores. En 2020, incluso, se desaconsejó a los entrenadores ordenar la práctica del cabezazo en el entrenamiento para chicos menores de 11 años, con una “introducción gradual del cabezazo ligero” en el nivel de menores de 12 años hasta el de menores de 16. También se introdujo un límite recomendado de diez cabezazos de “alta fuerza” por semana en el entrenamiento del fútbol profesional.

El drama de la demencia en los exdeportistas está muy presente en Inglaterra y el debate recién comienza.

Fuente: Diario La Nación Argentina 

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