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Jeanie Buss: la curiosa vida de la mujer más determinante del deporte en EE.UU.

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La dueña de Los Angeles Lakers se ha convertido en la primera propietaria en ganar un anillo de la NBA en más de 70 años, y goza de un papel clave en la reinvención de la legendaria franquicia.

Con un meme. Así empezó a ganarse el título de la NBA que Los Angeles Lakers levantaron en la madrugada del pasado lunes, el decimoséptimo de su historia. El vídeo pertenecía a Juego de tronos, concretamente, a un plano en el que Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) se disponía a conquistar –por fin– Poniente con un ejército de barcos tras ella. Hay semejanzas entre su historia y la de la propietaria de los Lakers, Jeanie Buss: herederas subestimadas, relevo de hermanos necios, melenas tan doradas como sus imperios… La ejecutiva lo recibió en su móvil en el verano de 2018, justo después de enfrentarse a su familia para hacerse con el control de una franquicia defenestrada en el último lustro y anunciar la contratación de LeBron James, la mayor estrella de la liga.

“Le dije que, en algunos momentos, la Madre de Dragones tiene que aceptar el hecho de que es la Madre de Dragones. Y ella se puso en modo Khaleesi”, confesó después el emisor de aquel meme, el añorado Kobe Bryant. El fruto de ese reto se recoge hoy: la mujer más poderosa de la industria del deporte internacional ya es también la primera propietaria de un equipo NBA en ganar el anillo.

 

Apenas unos meses antes de que Jeanie Buss, a sus 59 años, pisara victoriosa el parqué salpicado de confeti del pabellón-burbuja en el que la NBA se ha protegido del coronavirus, su presencia en los titulares tenía poco o nada que ver con el ámbito deportivo. Con un encabezamiento en el que podía leerse “Querida puta”, la ejecutiva denunció en su cuenta de Instagram la carta de un supuesto seguidor del equipo en el que le deseaba que “se fuera al infierno junto a Kobe Bryant”.

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La razón de la aborrecible misiva era el apoyo de Buss a las protestas antirracistas surgidas a raíz del asesinato de George Floyd pero, en su caso, los insultos y desconsideraciones machistas han sido tan usuales que basta con otear brevemente los comentarios de su perfil de Instagram para comprobarlo. Incluso después de conquistar el título, las respuestas con más likes son las que hacen referencia a su físico y a rumores infundados sobre affaires con jugadores del equipo. En 1995, según contó en su biografía Laker Girl, el dueño de un equipo le tocó el culo durante su primera reunión como representante del club.

Licenciada con honores en la escuela de Negocios de la Universidad del Sur de California, Jeanie Buss comenzó en la gerencia deportiva siendo todavía una adolescente. Su padre, Jerry Buss, había construido desde cero un imperio inmobiliario en Los Ángeles, haciéndose de paso con el control de varias franquicias deportivas de la ciudad. Jeanie dirigió un equipo profesional de tenis –con 19 años– y otro de hockey antes de formar parte activa de los Lakers desde principios de los ochenta, teniendo un rol clave en la adaptación de un ‘Magic’ Johnson que cambiaría para siempre el rumbo del equipo y en la gestión del mítico pabellón Forum. Pese a sus logros, la prensa más conservadora y buena parte de la opinión pública siguen sin perdonarle que ‘mancillara’ la franquicia al posar desnuda en la revista Playboy en 1995, con 32 años.

“Han pasado más de dos décadas y tengo que seguir explicándolo, me siguen juzgando y categorizando por ello”, declaró Buss en una entrevista reciente, recordando la memorable respuesta que le dio su padre cuando se enteró de la noticia: “Ese será el primer número de Playboy que no voy a leer”. Buena muestra de la personalidad de la propietaria de una organización cuyo valor supera los 3.000 millones de euros es que su imagen actual en Twitter es la de otro posado sin ropa, esta vez, ante las cámaras de Sports Illustrated. “Ella tiene pelotas”, era el titular.

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En 2014, Jerry Buss falleció a los 80 años de edad por problemas derivados de un cáncer. Padre de seis hijos, su muerte provocó una batalla legal en el seno de la familia para hacerse con el control de la organización. Aunque el patriarca siempre hizo público su deseo de que fuera su hija quien le relevara en el cargo, su hermano Jim, que había fracasado estrepitosamente en el área deportiva, urdió un golpe de estado contra su hermana al más puro estilo Succession, fallando en el intento. La guerra fratricida le costó a Jeanie incluso su relación sentimental de diecisiete años con Phil Jackson, mítico entrenador de los Chicago Bulls y de la franquicia púrpura, que fue despedido por Jim. Con el apoyo del grueso de la hinchada y de sus principales mitos, Jeanie dejó a un lado el papel de embajadora amable, aceptó la dimisión de su hermano y se convirtió en CEO de Los Angeles Lakers, ostentando todo el poder ejecutivo y marcando un nuevo hito en una industria que nunca ha dado la bienvenida a las mujeres en posiciones de poder.

 

Fue el propio Kobe Bryant, padre de cuatro hijas y al que Jeanie se refería como su hermano, el que la animó a dar el paso adelante: “Eres un modelo para las mujeres que quieran dirigir una franquicia y liderar una empresa de éxito, te están observando. Sienta un precedente, marca la pauta. No se trata solo de los Lakers, esto va más allá. Tienes que dar un paso adelante y liderar la lucha”. El título conseguido ante los Miami Heat ha bendecido el atrevimiento de la directiva que ha vivido la temporada más dura de su carrera. Más allá de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, Jeanie despidió en diciembre a su madre, JoAnn, después de una larga enfermedad, y un mes después a Kobe Bryant.

El accidente de helicóptero que se llevó la vida de la estrella angelina por antonomasia y de otros ocho pasajeros entre los que se encontraba su hija Gianna, devastó las oficinas de la organización, pero también sirvió como gasolina para rendirle tributo con un nuevo anillo. Un título imposible sin la visión de una ejecutiva que ha sido capaz de encandilar al mismísimo LeBron James, uno de los más fieros dragones de esta Khaleesi de los despachos: “Es una dueña increíble, una mujer poderosa. Ella confía en poder ser una extensión de su padre y continuar el legado de esta gran franquicia. Estoy feliz de poder formar parte de esto”. Que tiemblen los Siete Reinos.