Acogió a Chile como su segunda patria
Formó parte de los Globetrotters de Harlem
El exbasquetbolista tico Eddy Bermúdez, radicado en Chile, falleció el miércoles a la edad de 84 años. Fue gran figura a nivel internacional como jugador y entrenador. En el 2003 entró a la Galería Costarricense del Deporte.
Eddy Bermúdez nació en Costa Rica en julio de 1933 y llegó a Chile a comienzos de los ‘60, quedándose finalmente en suelo sudamericano. Falleció en San Bernardo, donde estaba radicado desde hace unos años, aunque se sentía especialmente muy ligado a la ciudad de Valdivia.
En la década del ‘50 se convirtió en el mejor basquetbolista costarricence, a tal punto que lo nombraron Jugador del Siglo en su país, destacando en la selección y en varios equipos en los torneos centroamericanos, lo que le llevó a reforzar el famoso equipo estadounidense de los Globetrotters de Harlem, participando en varias de las exhibiciones que efectuaba este equipo por el mundo.
Comenzó su carrera en 1951, defendiendo a Libertad en Costa Rica. También jugó en Estados Unidos, Panamá, Chile y Argentina,
MALABARISTA DEL BALON
Bermúdez era un malabarista con el balón y jugaba en todas las posiciones. A Chile llegó en 1963 para jugar en Palestino; en 1964 defendió a la Universidad Técnica y luego a Valdivia (1965), Arabe de Concepción (1966) y Riel (1967).
ENTRENADOR
Se retiró del profesionalismo en 1967 y como director técnico dirigió en varios países. En Chile entre 1963 y 1970 entrenó a la Selección de Santiago, a Colo Colo (femenino) y las selecciones de Valdivia, Huachipato, Chillán, Osorno y Puerto Varas. También entrenó en Argentina: en Río Gallegos, Comodoro Rivadavia, Perito Moreno, Caleta Olivia, Puerto Deseado, General Roca y Esquel, ganando varios títulos en ambos países.
Luego se dedicó a la administración de una empresa dedicada al equipamiento de implementación deportiva para gimnasios.
Su personalidad alegre y extrovertida le permitieron brillar no sólo como jugador y entrenador, sino que también ser muy querido por sus cualidades personales, su simpatía y su bonhomía, de las que disfrutaron los muchos amigos magallánicos que le conocieron y compartieron con él jornadas apasionantes de básquetbol y largas conversaciones en torno al deporte y la vida.
Fuente: La Prensa Austral