Mayo de 1981. Billie Jean King, la atleta y tenista femenina más famosa del planeta, se preparaba para la conferencia de prensa más difícil de su vida.
Sus patrocinadores le habían advertido: “Niégalo o perderás millones”. Pero ella ya había decidido algo distinto: decir la verdad.
Su ex secretaria y ex pareja, Marilyn Barnett, había presentado una demanda que revelaba una relación amorosa que Billie Jean había mantenido en secreto durante años. En un instante, su vida privada se convirtió en un escándalo público.
Los abogados insistían en que lo negara. Los patrocinadores, aterrados, amenazaban con retirarse. Su carrera pendía de un hilo. Sin embargo, Billie Jean King, con 37 años, no mintió. Frente a una sala repleta de cámaras, confirmó lo que todos querían escuchar: sí, había tenido una relación con una mujer.
En cuestión de días perdió casi todos sus contratos publicitarios —unos dos millones de dólares, equivalentes hoy a más de siete millones— y se convirtió en la primera atleta de élite en reconocer públicamente una relación con alguien del mismo sexo. Lo pagó caro, pero lo hizo con integridad.
Era la misma mujer que años antes había revolucionado el tenis al crear la WTA y ganar la famosa “Batalla de los Sexos” ante Bobby Riggs, un partido visto por 90 millones de personas que cambió para siempre la percepción del deporte femenino. Y, como entonces, volvió a elegir el camino más difícil: el de la verdad.
Billie Jean King fue forzada a salir del clóset, pero se negó a ocultarse. Perdió dinero, fama y apoyo, pero ganó algo mucho más valioso: el respeto eterno de quienes vinieron después. Martina Navratilova, Megan Rapinoe o Brittney Griner siguieron su ejemplo.
Hoy, a sus 81 años, Billie Jean King sigue siendo una figura activa y luminosa. Participa en conferencias, impulsa programas para la igualdad de género y diversidad en el deporte, y continúa defendiendo la inclusión desde su fundación. La Copa Federación de tenis lleva su nombre: Billie Jean King Cup.
En 2009, el presidente Barack Obama le entregó la Medalla Presidencial de la Libertad, el honor civil más alto de Estados Unidos.
Más de cuatro décadas después de aquella rueda de prensa, Billie Jean King sigue siendo la misma mujer que cambió el deporte y la sociedad con una raqueta… y con la verdad.
Porque, como ella misma dijo: “La presión es un privilegio”.
Y Billie Jean King se ganó cada gramo del suyo.
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