El ajedrez ha sido testigo de mentes brillantes que transformaron este juego milenario en una ciencia, un arte y un deporte de alto rendimiento.
A continuación, repasamos a las leyendas que marcaron un antes y un después en la historia del ajedrez mundial.
Garry Kasparov: el rey indiscutible
Nacido en Bakú, Azerbaiyán, Kasparov se convirtió en el campeón mundial más joven de la historia en 1985, con apenas 22 años, al destronar a Anatoly Karpov. Dominó el ajedrez mundial durante 15 años consecutivos y mantuvo el título hasta el año 2000.
Con un ELO máximo de 2856 puntos, Kasparov fue un pionero en el estudio con computadoras. Sus duelos contra Deep Blue, en 1996 (victoria) y 1997 (derrota), marcaron el inicio de la era moderna de la inteligencia artificial en el deporte. Su legado va más allá del tablero: ha sido autor, conferencista y activista político.
Magnus Carlsen: el Mozart del ajedrez moderno
El prodigio noruego, nacido en 1990, conquistó el mundo del ajedrez con un estilo versátil y una confianza inquebrantable. Ganó el campeonato mundial en 2013 y lo defendió exitosamente hasta 2021. Su récord de ELO: 2889, es el más alto jamás registrado.
En 2020, logró una racha de 125 partidas invicto en ajedrez clásico. Además de su reinado en torneos presenciales, fue pionero en profesionalizar el ajedrez en línea, creando el circuito Champions Chess Tour.
Bobby Fischer: el genio rebelde
El estadounidense Fischer fue un fenómeno único. En plena Guerra Fría, derrotó al soviético Boris Spassky en 1972 en la histórica final de Reikiavik, convirtiéndose en el primer campeón mundial occidental.
Tenía un conocimiento enciclopédico de aperturas, una capacidad asombrosa de cálculo y una obsesión por la perfección. Su retiro y posterior regreso en 1992 ante Spassky (en un match no reconocido oficialmente) alimentaron el mito. Fischer fue mucho más que un campeón: fue una revolución.
José Raúl Capablanca: el Mozart del ajedrez clásico
El cubano fue campeón del mundo entre 1921 y 1927 y es considerado uno de los jugadores más intuitivos y elegantes de la historia. Sus partidas eran ejemplos de simplicidad, fluidez y precisión matemática.
Proveniente de una familia humilde en La Habana, dominó el ajedrez mundial sin una preparación teórica extensa. Murió en 1942, casi encima de un tablero. Su legado perdura como símbolo de talento natural.
Anatoly Karpov: el estratega supremo
Campeón del mundo entre 1975 y 1985, y luego monarca de la FIDE durante el cisma de 1993 a 1999, Karpov era un maestro de las posiciones sólidas y del ajedrez profiláctico. Su rivalidad con Kasparov es considerada la más intensa del ajedrez moderno: se enfrentaron en 5 matches de campeonato con más de 140 partidas.
A los 71 años, Karpov sigue activo en exhibiciones y causas filantrópicas, siendo también autor y diplomático.
Vladimir Kramnik: el gran unificador
En el año 2000, sorprendió al mundo derrotando a Kasparov sin perder una sola partida. En 2006, unificó el título mundial tras 13 años de división entre la FIDE y la PCA. Su estilo era universal: equilibrado, creativo y con una preparación teórica profunda.
Kramnik fue también un visionario del ajedrez sin apertura tradicional (“No-Castling Chess”) y se retiró en 2019 para dedicarse a proyectos personales.
Emanuel Lasker: el campeón más longevo
Filósofo, matemático y ajedrecista, Lasker mantuvo el título mundial durante 27 años seguidos (1894-1921), el reinado más largo de la historia. Su enfoque psicológico del juego y su capacidad para adaptarse al rival lo hicieron temido y admirado.
Nació en Prusia en 1868 y falleció en Nueva York en 1941, el mismo hospital donde moriría Capablanca un año después. Su huella es eterna en la historia del ajedrez.
Mijaíl Botvinnik: el padre de la escuela soviética
Campeón mundial en varias etapas entre 1948 y 1963, Botvinnik fue un científico del ajedrez. Ingeniero eléctrico de profesión, creó la Escuela Soviética de Ajedrez, de la cual surgieron figuras como Karpov, Kasparov y Kramnik.
Fue un defensor del ajedrez como herramienta educativa, y su legado fue clave en el dominio soviético del siglo XX.
Tigran Petrosian: el muro impenetrable
Campeón mundial entre 1963 y 1969, el armenio Petrosian fue un maestro de la defensa y la prevención. Huérfano a los 15 años, forjó su carácter en medio de la adversidad y desarrolló un estilo basado en la anticipación y la seguridad posicional.
Venció a Spassky en su primera defensa, pero cayó ante él en la revancha. Murió en 1984, dejando una escuela de pensamiento estratégico en su país.
Viswanathan Anand: el pionero de Asia
Primer campeón mundial asiático, Anand llevó el ajedrez a otro nivel en India, donde es una celebridad nacional. Dominó el mundo entre 2007 y 2013, defendiendo su título ante grandes figuras como Kramnik y Topalov.
Anand vive actualmente en Chennai y sigue activo en la élite mundial. Ha sido un gran embajador del ajedrez global y mentor de nuevas generaciones como Praggnanandhaa.