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La máxima anotadora de la historia de la NCAA y la recién primera selección del WNBA Draft, Caitlin Clark, firmará un contrato de $28 millones por ocho años con la marca estadounidense Nike, que abarca un calzado exclusivo.

The Athletic informó de este acuerdo hace unos días, pero luego de varios días de incertidumbre, al parecer Nike será la marca que tendrá el privilegio de vestir a la nueva jugadora de las Indiana Fever.

Este nuevo acuerdo entre Caitlin Clark y Nike sería el contrato de patrocinio más lucrativo para una jugadora de baloncesto en la historia de la WNBA de USA.

  

Otras marcas interesadas en patrocinar a Caitlin Clark

Adidas, Puma y Under Armour también ofrecieron una negociación con el entorno de Clark, según The Wall Street Journal.

Under Armour ofreció una suma de $16 millones por cuatro años con un calzado exclusivo. Adidas ofertó por cuatro años unos $6 millones más su respectivo calzado.

Por su parte, Puma se retiró de la carrera cuando la representación de Clark informó que la licitación empezaría en $3 millones.

¿Qué representa Clark en Estados Unidos?

La influencia de Clark en el baloncesto femenino es profunda. No sólo brilló en la cancha con una media de 31,6 puntos por partido esta temporada, con las Iowa Hawkeyes, sino que también se encargó de mejorar la audiencia de este deporte.

Sus actuaciones contribuyeron a atraer a un récord de 18,9 millones de telespectadores para el partido por el título de la NCAA y a un récord en el draft de la WNBA de 2,45 millones de telespectadores.

Con 36 de los 40 partidos de las Indiana Fever esta temporada programados para la televisión nacional y el aumento de la venta de entradas en toda la liga, la presencia de Clark sigue atrayendo una atención considerable.

Como principal candidata de Nike para los próximos ocho años, se espera que la carrera profesional de Caitlin Clark abarque varios Juegos Olímpicos, como París 2024, Los Ángeles 2028 y Brisbane 2032.

Un ascenso fulgurante

Tópico: Baloncesto – Telemundo Las Vegas

Su ascenso fue tan rápido que su paso por la NCAA marcó un antes y un después en el básquet universitario, logrando hitos históricos, rompiendo récords -como pasar a ser la máxima goleadora de siempre, incluyendo varones- y elevando la popularidad del básquet femenino. 

La definición del torneo de la NCAA tuvo más televidentes que el de los hombres y en semanas el boom se potenció cuando fue elegida como N° 1 del draft de la WNBA por Indiana Pacers.

Un secreto a voces. Todos sabían que Indiana Fever la iba a elegir en ese puesto de privilegio. Por eso sus fans coparon el estadio en la llamada capital del básquet en Estados Unidos y sus nuevas compañeras enloquecieron cuando se hizo el esperado -y cantado- anuncio. No es para menos. Con esta selección revive la franquicia que no se clasifica a playoffs desde 2016, se potencia la NBA de las chicas y, especialmente, adquiere otro nivel el básquet femenino en el país y a nivel mundial. Sí, porque esta chica es un talento distinto, que ya elevó la popularidad de la actividad desde la NCAA con hitos y hazañas dentro de la cancha y ahora promete hacerlo desde el profesionalismo.

Clark es un talento generacional que arrancó su revolución deportiva desde la NCAA, la prestigioso torneo universitario estadounidense, el semillero tanto de la WNBA como de la NBA. Base de 1m82, viene de ser dos veces seguida la Jugadora del Año y, semanas antes de terminar su carrera, logró hitos históricos, como ser primero la máximo anotadora de todos los tiempos en el básquet femenino y luego extendiendo esa marca incluso a los hombres, tras superar al legendario Pete Maravich. Terminó su carrera con 3.951 puntos y un impactante promedio de 28.4 por partido.

Pasión de multitudes

Hablamos de una chica que no domina desde lo físico sino por la cantidad de recursos ofensivos que despliega. Sus bombazos trazan comparaciones válidas con Steph Curry, sus lujosas asistencias se suman a su increíble visión de campo, el manejo de pelota es de elite y exhibe personalidad y sangre fría en los momentos calientes de los partidos. En la última temporada promedió 31.6 puntos, con 46% de campo y 38% en triples, además de sumarle 8.2 asistencias y 7.1 rebotes. Una bestia que, además, es una fábrica de highlights. En la era de los highlights. Nada más y nada menos.

Claro, además de destrozar rivales, aniquila ratings (de TV o streamings) y atrae multitudes a los estadios. De hecho esta Locura de Marzo femenina, la definición del torneo de la NCAA, generó más atención que la masculina. El Iowa-South Carolina de la final tuvo 18.9 millones de seguidores frente a la pantalla contra los 14.8 de Uconn-Purdue que definió el torneo universitario de hombres. Los dos duelos anteriores tuvieron 14.1 y 12.3 millones. Cada estadio que visitó generó un 50% más gente, al menos. Está claro que está llevando al básquet femenino a otro nivel. Una verdadera revolución.

Las Vegas Aces, por lo pronto, ya dijo que se cambiará de estadio para cuando enfrente a Indiana, equipo que tendrá 36 de sus 40 partidos en TV nacional durante su primera campaña de Clark en la WNBA. Lo que genera a su equipo y a las ciudades es impactante. Se calcula, además, que el programa que lideró Caitlin le generó 82.5 millones de dólares a la economía de Iowa.

Ella, por lo pronto, ya tiene su propia caja de cereal, comerciales de State Farm y el fin de semana pasado apareció en "Saturday Night Live”. Su cuenta de IG subió 700.000 seguidores en un mes. Nuestra Diana Taurasi, la mejor de la historia, tiene apenas 317.000. Todos la aman. Y hasta LeBron salió a defenderla de los pocos haters que tiene. “Si no te gusta su juego, simplemente eres un contra. Mantenganme alejados de personas así”, posteó el Rey.

Las Fever, que en el 2021 fueron conocidas en el país porque eligieron a la primera argentina (Florencia Chagas, nunca llegó a jugar) de la historia en el draft de la competencia, no han aparecido en los playoffs desde 2016, la última temporada de la legendaria Tamika Catchings, con la que fueron campeonas en 2012. Pero con Clark uniendo fuerzas con la #1 del draft pasado, Aliyah Boston, la pareja de poderes generacionales parece destinada a cambiar la trayectoria de la franquicia, y posiblemente de la liga, para los próximos años.

Su pasado en el fútbol

Clark convivió hasta los 16 con los dos deportes, básquet y soccer, hasta que le aconsejaron decidirse por uno y Caitlin terminó resolviendo jugar sólo al básquet. Ella jugaba de volante ofensiva y allí aprendió el juego de equipo, la habilidad para mirar toda la cancha y pasar la pelota hacia compañeras con ventaja, como sigue haciendo hoy, más allá de su condición de devastadora anotadora. “Francamente, y no estoy tratando de alardear sobre esto, creo que ella probablemente podría haber tenido el mismo tipo de talento en el fútbol que en el básquet. Ella podría haber estado en equipos nacionales juveniles de Estados Unidos”, reconoció su padre Brent.

Si Sabrina Ionescu revoluciona la WNBA con su tiro y capacidad anotadora y hasta puede darse el lujo de competir en un torneo de triples con Steph Curry, Clark asoma como su sucesora.

Su juego es distinto y por eso viene siendo comparado, sin exageraciones, con estrellas de la NBA como Curry, Damian Lillard y Trae Young debido a su increíble rango de tiro y habilidades ofensivas. Justamente el hombre que cambió el básquet en la última década y media la ve parecida a él. “Realmente siento que su forma de jugar, la distancia y el nivel de dificultad de sus tiros son, obviamente, muy parecidos a la forma en que yo juego”, admitió en una entrevista en la cadena CBS. “Su capacidad de tiro es su superpoder, pero el resto de su juego está tan pulido como eso, así que es algo que hay que ver”, añadió Curry. Los 162 triples en una misma temporada universitaria que marcó Curry en 2008 es otra de las marcas que batió Clark.

El fenómeno Clark se expande a medida que logra nuevas hazañas. O récords. La cadena Fox le puso una cámara que la sigue durante todo el partido y retransmite la señal por TikTok. ESPN ha pedido a una de sus reporteras que se dedique en exclusiva a cubrir su información. Las audiencias televisivas se han disparado y por primera vez la Locura de Marzo, como se conoce a la parte final del campeonato universitario nacional, despierta más interés en la rama femenina que en la masculina. Por caso, un partido de los Hawkeyes batió esta temporada el récord de asistencia de básquet femenino con 55.646 espectadores y el precio de una entrada para verla aumentó un 250%.

La fiebre por Clark llega también a la pantalla. La audiencia de la final del año pasado superó los 10 millones de espectadores, doblando la máxima cifra anterior de 5.3 millones. El pasado enero, la derrota ante Ohio State que cortó una racha de 15 triunfos seguidos para las Hawkeyes, tuvo un minuto de oro de 3.9 millones de espectadores y una media de 1.9, que supone el mejor dato en temporada regular desde 2010.

Clark ha sido la atleta universitaria que más vendió, incluso superando a estrellas del fútbol americano, claramente el deporte #1 en el país. Caitlin ya tiene, además, acuerdos con Gatorade, State Farm, Buick, Topps, Hy-Vee y H&R Block. Según el portal On3, el valor de su nombre e imagen supera claramente el 1.000.000 de dólares. Cuando llegue a la WNBA la espera el contrato magro mencionado, pero no hay dudas que superará largamente el millón en patrocinios.

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