El domingo se llevó a cabo la carrera más importante de la IndyCar, las 500 millas de Indianápolis.
Podríamos decir que en la edición 107 de esta famoso carrera hubo un milagro, ya que un tremendo accidente en donde se vieron involucrados los pilotos de Andretti, Kyle Kirkwood y de Arrow Mclaren, Felix Rosenqvist; y a falta de 17 vueltas el monoplaza de Rosenqvist perdió el control, chocó contra la barrera de protección, y nuevamente ingresa al centro de la pista en donde Kirkwood lo choca y vuelca; la imagen fue impactante, verlo de cabeza, derrapando y sacando chispas; pero gracias a la seguridad de los autos IndyCar, ambos pilotos salieron ilesos.
Pero el milagro se presentó cuando una de las llantas del auto de Kirkwood salió volando por encima de las mallas de protección, esta pasó muy cerca de las graderías donde habían miles de fanáticos presentes y atónitos ante el accidente que estaban observando; quizás muchos no lograron observar el “misil” pasar al frente de ellos que fortuna pasó por el único espacio que había entre las graderías y fue a dar a uno de los estacionamientos impactando uno de los vehículos que se encontraba en el parqueo.
La carrera fue ganada por el estadounidense Josef Newgarden del equipo Penske.