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Las zapatillas del récord de Kipchoge en el centro de la polémica

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Sigue la polémica alrededor de Eliud Kipchoge, que el fin de semana pasado se convirtió en la primera persona en correr los 42,195 km en menos de dos horas (1h59m40 seg). Las zapatillas Nike Alphafly que usó están en el foco de la polémica por la posibilidad de que estas incumplan el reglamento del IAAF. 

Rápido habrá que decir que la Federación Internacional de Atletismo -la entidad rectora del deporte conocida como IAAF- no ratificó el tiempo como récord mundial, ya que el keniano contó con el respaldo de 36 liebres (corredores que marcan el ritmo), que lo acompañaron en grupos que se alternaban.

Según el artículo 143.2 del Reglamento de competición de la IAAF, "el propósito de las zapatillas es proporcionar protección y estabilidad a los pies y una firme adherencia sobre el suelo. Tales zapatillas, sin embargo, no deben estar construidas de tal modo que proporcionen a los atletas una ayuda o ventaja injusta (...). Deben estar razonablemente al alcance de todos en el espíritu de la universalidad del atletismo".

Acerca de la enorme evolución que ha protagonizado en los últimos años el calzado deportivo de competición, Sebastian Coe, presidente de la IAAF, aseguró en agosto al diario Marca, de España: "Necesitamos actualizarnos en estos temas. Seguramente antes de que acabe el año haya una respuesta técnica, pero no sólo con estas zapatillas. Debemos ser cuidadosos".

Hubo muchos estudios que dieron cuenta de la ventaja del uso de estas zapatillas de última generación. A ritmos altos, esos análisis otorgan diferencias que oscilan entre uno y dos minutos en los registros si se comparan con los realizados con calzados previos. Gracias a la mayor reactividad de las zapatillas -el epicentro de la mejora lo sitúan en una triple placa de fibra de carbono-, se incrementa la eficiencia de carrera y disminuye la fatiga muscular.

"El desgaste general es mucho menor", explica Jesús España, consultado por Marca. "Kipchoge terminó sobrado. Tuvimos la sensación de que podía haber corrido aún en menos tiempo y no llegó a meta con secuelas físicas propias de una carrera así". El maratonista agregó al medio español: "La IAAF debe regular sobre esto, aunque es complejo. Habría que poner algunos límites, quizás al grosor de la suela o al porcentaje de beneficio que pueda aportar. Una cosa es que se avance y otra es que no se haga en las mismas condiciones para todos, dado que en este caso lo primordial es el atleta y su superación, no la tecnología que le acompaña".

A punto de cumplir los 35 años, el campeón olímpico en Río 2016 está en la cúspide de su carrera. Un año después de batir el récord del mundo del maratón en Berlín (2h01m39s), Kipchoge entró un poco más en la historia al completar la distancia en casi dos minutos menos, en esta última carrera no oficial en Viena diseñada a medida para permitir la gesta.

El debate alrededor de Kipchoge recordó la controversia que se generó hace diez años en la natación con los trajes de baño de poliuretano, que ayudaban notoriamente a quebrar récords con mucha frecuencia. Finalmente, la Federación Internacional de Natación (FINA) decidió prohibir a partir de 2010 esas prendas.

Fuente: Diario La Nación Argentina - Diario Marca España